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Un bebé.

Un jodido, bebé.

Cuando Agust había dicho que haría lo que Kitty quisiera, nunca espero esa petición. Bueno, no era que no lo hubiera pensado, pero le resultaba una idea loca que creía que compaginaba con una respuesta negativa ante aquella loca pregunta.

Pero ahora esto tenía días atormentándolo. Pensaba en todas las veces que se había venido dentro de Kitty y rogaba porque en ninguna de esas, hubiera acertado. Aunque de haberlo hecho, ya habría ocurrido lgo y eso lo tranquilizaba un poco. Solo un poco.

— ¿No te gusta la idea, amor? Solo uno, un bonito angelito nuestro, solo de nosotros dos.

— Dulzura, en verdad no creo que sea una buena idea. No me agrada pensar en un hijo.

Y entonces Kitty perdía la cabeza y juraba dejarlo porque no estaba cumpliendo con el capricho de su novio.

— Joder.

Agust se despertó, de golpe y con la respiración agitada una vez más. El sol de las primeras horas de la mañana entraba o el ventanal de la habitación gigante que compartía con Kitty. Parpadeo tres veces antes de acostumbrarse a la luz y entonces giró la vista.

En su costado izquierdo, los cabellos rosados estaban revueltos con la sábana y podía ver parte de los hombros y la espalda descubierta de su preciado novio, quien aun descansaba plácidamente.

Tratar de conciliar el sueño de nueva cuenta sería un esfuerzo innecesario. Sabía que tendría poco o nada de éxito, porque noches anteriores lo había probado.

Agust se levantó de la cama, con pesadez y flojera. Tomo su bata afelpada de color negro para colocarla sobre su torso desnudo  y salir de su habitación en busca de un buen café.

O un buen licor.

Era de esperarse que la casa estuviera en silencio, porque aún era demasiado temprano como para poder si quiera despegar los parpados, pero ahí estaba él, tomando un pequeño vaso de cristal para llenarlo de Whisky y sentarse en uno de los taburetes de la cocina.

— Oh, vaya, buenos días, Yoon.

Apareció por la puerta RM, quien recién había entrado a casa con su maletín en una mano y su traje bien portado hacía algunos minutos y ahora pasaba por la cocina. Era extraño encontrar a agust despierto tan temprano, aunque él creía saber la exacta razón.

— No tienen nada de buenos. — con la voz ronca, Agust contesto, pasando una de sus manos por su rostro, a modo de despertar o fingir que no existía.

— Uff, parece que alguien se despertó de mala gana. — Hope apareció por el pasillo que conducía a las habitaciones, meneando las caderas y con su bonita pijama de flores.

Hope abrió una de las gavetas y tomo un vaso para llenarlo de agua, recargandose en la barra, justo frente a Agust para escuchar su tragedia.

Namjoon dejo el portafolios en la mesa y camino rodeando la barra de la cocina para tomar otro de los casos de cristal y servirse un trago por igual. Tomo asiento a un costado de Agust y suspiro antes de hablar. 

— ¿De nuevo no haz podido dormir?  — Inquirió mirándolo de reojo, Agust ni siquiera levanto la cabeza y solo negó con sutileza.

— Es la misma puta pesadilla de todos los días, si no es el jodido plan de Zico, es mi novio pidiéndome un bebé.

RM palmeó uno de sus hombros y mientras que Agust daba un sorbo a su bebida, hablo.

— Creí que ya habías aceptado con Zico, ¿No fue eso lo que nos dijiste hace días?

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