║▌║ LOVE ME LESS + LÍQUIDO║▌║𝐃𝐊𝐢║▌║

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Kitty había aceptado su cita.

Eso era nuevo, Agust estaba probando cosas nuevas, porque en definitiva el quería que está parte nueva de su relación estuviera bien. Él realmente quería demostrarle a Kitty que había cambiado, que estaba cambiando, y quería lo mejor para ambos. ¿Para los tres?

Parte de las cosas nuevas que quería intentar era tener citas con su pequeño novio rosa. Ellos no habían tenido citas con anterioridad, bueno, algo así. Miraban películas juntos, también comían juntos o cocinaban al mismo tiempo, pero Agust nunca le había pedido tener una cita, con el título y todas esas cosas adorables que Kitty siempre espero en una relación. No se había quejado, pero ahora sí que sentía que le había faltado. En cuanto Agust lo había dicho y había sentido su estómago burbujear, sabía que le había faltado.

— ¿Quieres tener una cita conmigo? — Había dicho Agust mientras cariciaba la espalda de Kitty y este lo abrazaba, recostado en su pecho, dormitando sobre la cama.

Pero definitivamente la pregunta le hizo despertar de golpe, tanto que incluso se levantó de su pecho para mirarle, sumamente sorprendido y mirándole directamente a los ojos.

— Si no quieres está bien... — Agust dijo después de unos segundos en donde Kitty solo le miraba.

— Claro que quiero. Claro que quiero. — Dijo en cuanto reaccionó, sonriendo amplio y acercándose a besar sus labios.

Así que ahora estaba ahí, en medio del campo, sin ningún árbol al rededor suyo, recargado contra la camioneta negra mientras esperaba por Kitty. Mirando a lo lejos que hubiera dejado todo en el lugar correcto, para que cuando Kitty llegará, nada pudiera salir mal.

Y en cuanto la segunda camioneta apareció en el horizonte, las manos le comenzaban a sudar de los nervios. ¡Era solo una tonta y topre cit...!

— Estoy listo, mi amor. — Kitty dijo después de bajar con delicadeza de la camioneta, ayudado por uno de los  doce guardaespaldas que venían, tanto en su camioneta como en las otras dos de atrás, custodiandolo y cuidando de él.

Agust salió de su trance de nerviosismo, salivaba demasiado con solo verlo. Simplemente le miraba con el corazón acelerado y tal vez, el pene ligeramente duro. ¿Por qué tenía un novio tan bonito?
 
— Traía unas zapatillas muy bonitas, pero no me dijiste que vendríamos al campo así que los deje en el aut... 

Kitty no pudo terminar de hablar, porque Agust le tomó las mejillas para unir sus labios en un beso. Kitty estaba sosteniendo parte de su vestido, solo para enseñarle que en verdad se había quitado las bonitas zapatillas color coral para caminar descalzo por el pasto en el que estaban. Aunque se sorprendió por unos segundos, al final cedió ante el beso; soltó lentamente el vestido largo que sostenía en sus manos para aferrarse a las manos de su novio. Le encantaba, si con anterioridad estaba enamorado de Agust, ahora estaba completamente perdido en él.

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De una manera sorpresiva, pero realmente caballerosa, Agust había llevado a Kitty varios pasos dentro desde el camino donde estaban las camionetas, hasta un punto medio y algo céntrico dentro del pastizal, en brazos. Lo había cargado de una forma nupcial, con uno de sus brazos en el doblez de sus piernas y el otro acomodado en su espalda, sosteniendolo realmente fuerte.

A Kitty le gustaba, porque si, ese era el tipo de tratos de los que, estaba seguro, era digno y sabía que lo valía.

Ahora estaba sobre el enorme mantel a cuadros color blanco con rojo, el cual tenía un cesto de madera con frutos rojos, champagne, quesos y carnes frías. Todo se veía delicioso, realmente delicioso y además, los antojos lo consumían por dentro. ¿Qué no tenían que empezar más adelante?