Capítulo 16. El Premio

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-Si Nashu sigue mirando así a Juvia, no le dará el premio -se quejó infantilmente un tanto abochornada debido a la cara de embobado que tenía Natsu viendo a su compañera.

La maga de agua llevaba puesto un traje especial para hacer una danza oriental con un par de cariocas, una en cada mano.

-¿Qué son esas cosas que cuelgan de las cuerdas? -preguntó curioso el mago de fuego.

-Se llaman cariocas, pero estas son especiales -sonrió la chica acuática.

-¿Por qué son especiales?

-Porque estas cariocas son específicas para el fuego -dijo coqueta a la vez que las prendía- ahora verás.

La chica se puso delante del Salamander y comenzó a bailar a la par que movía las cariocas de fuego creando figuras iluminadas, era un verdadero espectáculo que estaba encantando al pirómano.

Cuando terminó el baile, la maga se acercó a su compañero y éste la abrazó juntando su frente con la de ella y suspiró, realmente se estaba esforzando por no descontrolarse ahí mismo.

-¿Puede Nashu cerrar los ojos un momentito? -pidió timida.

-Está bien -contestó un poco desconfiado, pero aceptando su pedido.

En ese momento Juvia lo besó suavemente en los labios y rápidamente escondió su rostro en el pecho del chico.

Acto seguido Natsu abrió completamente los ojos sorprendido, se sentía eufórico, pero quería asegurarse antes de hacer algún movimiento que resultara vergonzoso.

-¿Ese es el premio? -preguntó sonrojado y sin soltar el abrazo, no quería moverse ni un poco.

-¿No le ha gustado a Nashu? -su voz sonó triste.

-¡No! ¡Sí! No es eso... -trató de calmarse- Es que quiero... otro... más... uno es poco...

-¿Otro premio? -intentó averiguar levantando su rostro debido a la curiosidad.

Natsu sonrió asintiendo, ver el rostro ruborizado de su compañera le resultaba tan tierno que sentía que su corazón explotaría en cualquier momento.

Quiso acercar su rostro, pero por el nerviosismo decidió cerrar los ojos de nuevo. Eso hizo que ella tuviera de nuevo el valor suficiente para volver a besarlo.

El hecho de que estuvieran cerca de la casa del hada de fuego fue un incentivo para prolongar la duración y la intensidad de ese beso.

Por otro lado, en algún lugar comercial de Magnolia, una maga y tres gatos estaban debatiendo alegremente sobre tipos de comida y gustos en general.

-Es que no me gusta el pescado -hizo un gesto de asco- me sabe mal y su olor no me agrada.

-Pues no sabes lo que te piredes Charle -intentó fallidamente convencerla Happy- es uno de los manjares más exquisitos que existen en Earthland.

-Happy-sama se ve siempre tan entusiasmado con los peces -comentó Touka sonriente.

-A veces dudo que tenga otro tema de conversación -se lamentó con una sonrisa amable Wendy.

-Hey, también me preocupo por mis compañeros -su voz más que molestia parecía una queja infantil.

-Cierto -afirmó la maga de viento- ¿estabas preocupado por Charle y Touka y por ello las estabas buscando? -preguntó curiosa.

El minino se sonrojó y miró hacia el suelo, se sentía un poco avergonzado por lo que tenía que hacer, pero era mejor que mentir.

-Ahora me da vergüenza decirlo -jugó con sus patitas.

La dragon slayer sonrió nuevamente, ese gesto del exceed le pareció no sólo tierno sino también sincero.

-Aunque lo diré -aún ruborizado se atrevió- las estaba buscando para... tener una... una... una... -comenzó a temblar del nerviosismo.

-¿Una qué? -la curiosidad carcomía a Wendy.

-Una cita -susurró, pero ambas exceed escucharon prefectamente lo que dijo Happy.

-¿Con las dos? -la inocencia de la maga se veía muy dulce reflejada en su rostro curioso.

-S-Sí... -miró nuevamente al suelo avergonzado, en el fondo agradecía el reto porque apreciaba muchísimo a sus compañeras- Bu-Bueno... si no quieren, no las voy a obligar...

-¡Por supuesto que quiero! A Touka le haría muy feliz tener una cita con Happy-sama -comentó alegre y sonrojada.

-Yo en cambio te agradezco el gesto Happy... pero no creo aceptar una cita, antes debo ser clara contigo y que sepas cuales son mis verdaderas intenciones -miró a Touka con una sonrisa amable, ahora vería los resultados de su "entrenamiento extremo express"- no te odio Happy... -el aludido se sorprendió pues ni se imaginaba que le fuera a decir eso- aunque de vez en cuando te golpee... te aprecio de verdad, mi único interés por ti es que sigas siendo tan auténtico como siempre... y molesto -rodó los ojos al decirlo- pero eso último no tanto, que mi paciencia tiene un límite, ¿sabes?

Las palabras de Charle conmovieron también a Wendy, que se tapaba la boca con ambas manos emocionada por el gran cambio de su amiga gatuna.

De regreso a la pareja retadora, el chico fogoso juntó nuevamente su frente con la de la chica, sonrió, tomó aire y trató de calmarse antes de hablar.

-Jushi, no quiero separarme de ti... quiero formalizar esto, aunque mi cuerpo ahora lucha contra mi mente porque quiere descontrolarse contigo...

-¿Des-descontrolar? -se preocupó la chica y comenzó a imaginar cosas destructivas, hasta ver los gestos de su compañero.

Natsu se mordió el labio inferior, suspiró y le sonrió socarronamente, lo suficiente para que ella entendiera cada gesto a la perfección y ella rió nerviosa.

-Ah, se refiere a que quiere hacer ejercicio... físico -comentó divertida.

-¿Ejercicio? -levantó la ceja con cara confusa.

-Oh, no empieces con la tontería Nashu, eso no funciona con Juvia -dijo seductora, a lo que el mago volvió a sonreír de lado.

-Entonces prepárate para sudar... -la agarró para apegarla a su cuerpo y darle varios besos cortos.

-Algo le dice a Juvia que mañana manecerá con agujetas... -sonrió correspondiendo a sus besos.

Y entre mimos, caricias y besos se adentraron  en la casa del Salamander para hacer un ejercicio intensivo durante toda la noche, lo que no sabían los magos era que cierto gato azul observó traumatizado todo desde una de las ventanas de la casa.

Los Asuntos de Natsu y JuviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora