🚕C A P I T U L O 32 🚕

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James salió de casa a las ocho cun ctarenta y tres y caminó hacia el taxi aparcado en la acera frente a la casa de Jackson.

Trabajó durante todo el día, habían mujeres y hombres, constantes paradas y recorría las calles de forma continua exagerada. Había pasado tantas veces por las mismas calles de un pueblo tan pequeño que ya se sabía las calles de memoria y lograba identificarlas por sus nombre con bastante agilidad.

Eran las seis cincuenta y siete de la tarde, el sol comenzaba a desaparecer cuando James recibió un aviso por medio del portavoz del taxi.

--Solicitan un conductor designado para la casa 93 de la colonia Greco en a calle 45 A.

--Iré, cambio --respondió James con habilidad.

Condujo durante unos 7 minutos antes de llegar a su destino. En la acera junto a un arbol logró divisar una figura masculina entre la joven oscuridad.

Paró justo enfrente del hombre y este sin perder más tiempo entró al auto.

El hombre parecia bastante tomado, sin embargo no había señales de algún comportamiento agresivo. James emprendió la marcha y dirigia discretas miradas al hombre del asiento trasero. Había un agradable silencio para James hasta que el hombre lo rompió.

--¿Tú eres de este pueblo?. No te había visto antes, ¿eres nuevo?.

James dirigió una mirada apenas visible por retrovisor hacia el sujeto.

--Lo soy-- dijo un tanto irritado.

--Sucede que eres muy guapo. ¿Tienes novio?

James comenzaba a perder la paciencia, así que simplemente asintió con la cabeza.

--Pidría hacerte dejarlo-- el hombre comenzó a masajear las piernas de James incitadoramente

--Porfavor, para con eso antes de que quiera votarte en la carretera.

--Vamos chico lindo, no deberías poner tantos moños, deberías tener más cuidado con lo que dices. Podría ser un asesino y matarte porque me molestas.

La mirada de James se volvió oscura y giró su cuerpo para poder quedar frente a frente del hombre, entonces ahí lo miró directamente a los ojos mientras con su mano derecha apartaba la mano del hombre de sus piernas.

--La probabilidad de que hayamos dos en un mismo coche es casi nula.

El rostro del chico mostró diversión durante un segundo, pero pronto desapareció cuando James aseguró las puertas del automóvil con el botón automatico. El hombre se puso sobrio de repente y se aferro a su asiento.

--¿Q-Qué estas haciendo?. B-Bajame.

--Oh no, pensé que querias jugar conmigo cariño. Pero bien, de acuerdo, bajate.

James quitó el seguro de la puerta y el hombre una vez fuera de este comenzó a correr de regreso sobre la solitaria y ahora oscura carretera.

James podía verlo através del retrovisor. Seguía cada movimiento y reía cada vez que el hombre miraba hacia atrás mientras corría. De repente, el hombre paró, talvez a tomar aire, entonces a James se le ocurrió una gran idea.

Llevó la palanca de velocidades hacia atras, apoyó un hombro en el respaldo del asiento del copiloto, giró la cabeza de modo que podría ver la carretera detrás de el y comenzó a echar reversa.

El auto comenzó a retroceder y se acercaba peligrosamente al hombre que se encontraba tomándose un respiro. El sujeto se dio cuenta de lo que pasaba y después de abrir los ojos como platos se cubrió como si eso fuera a salvarlo de ser atropellado. Entonces, a unos escasos centímetros de el James paró de retroceder y se asomó por la ventana para gritar "Corre idiota, así será más divertido"
Entonces el hombre comenzó a correr con todas sus fuerzas mientras gritaba y lloraba.

--¡Ayuda, alguien por favor ayúdeme!

James se carcajeaba dentro del auto y entonces volvió a dar reversa. Fue cuestión de segundos para que el automóvil golpeara el cuerpo del sujeto.

James disfrutó el sonido que hicieron los huesos del hombre cuando fueron quebrados por el peso del automóvil. El gritó interumpido del hombre cuando la llanta aplastó sus pulmones fue musica para sus oídos. Y como si de papel de burbujas se tratara pasó una y otra vez sobre el cuerpo del sujeto hasta que sus huesos estaban tan pulverizados que no emitían ningún tipo de ruido.

Fue entonces cuando a unos cuantos metros de el notó el automóvil que se había quedado aparcado mirando la escena desde lejos. James soltó un repentino "mierda" y aceleró para alejarse de la escena lo más pronto posible. Sin embargo, el automóvil comenzó a seguirlo.  

Hombre Perdido MarksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora