Hombre Perdido Markson

🔦S I P N O S I S🔦

Desperté con una sensación extraña en el vientre, no podía ver o mejor dicho, había una espesa capa de niebla a mi alrededor. ¡Mierda, estaba en el bosque!, un aroma asqueroso entro a mis fosas nasales, parecía putrefacto, ¿un animal muerto? O quizás ¿una persona?. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. Trataba de averiguar qué es lo que hacia en medio del bosque, ¿cómo llegue aquí?.

Decidí armarme de fuerza y moverme un poco, cuando logre levantarme tuve la peor vista que una persona podría tener. Era un cadáver. Espera, no, ¡eran dos!, y ¡detrás habían aún más!, ¿qué diablos es esto?, poco a poco el olor me invadió, por lo que no tuve mas remedio que vomitar, o intenté, tuve el reflejo de arcada pero todo lo que salió de mi boca fue un sonido parecido al de un ciervo ahogandose, entonces me pregunté, ¿cuánto tiempo llevo aquí?, y pensé espontáneamente, "esto es jodido, tengo hambre". Por un momento olvide que estaba parado sobre mierda de cadáveres.

Comencé a caminar lejos del lugar y por más que intentaba no había nada, ni una solo pista de que hacia ahí, y mas espeluznante aún era que caí en cuenta de la duda que había en mi justo después de despertar. ¿Quién soy?.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, mis piernas temblaron y mi corazón se acelero, pero la sorpresa fue aún más grande cuando en un espacio no tan lejano de donde me encontraba se escucharon unos ladridos, acompañados de varas que disparaban una luz cegadora y entonces, un recuerdo vino y se esfumó.

-Linternas- susurré.

Estaba casi brincando de la excitación, como cuando un niño va al mar por primera vez, y decidí correr hacía lo que parecía familiar. Estaba corriendo como una polilla hacía una lámpara, "me salve" pensé, en ese momento un hombre con una de las linternas que recientemente había reconocido, alzó un objeto hacia el cielo, seguidamente este hizo un estruendo espantoso, y recuerdos llegaron a mi mente.

Hombres con el mismo objeto que el anterior, apuntaban hacia alguien y se mataban entre ellos, eso fue todo, un recuerdo fugaz totalmente espantoso que me hizo temblar y finalmente caer al suelo tan vilmente como un saco de papas. Lo último que pude escuchar antes de quedar inconsciente de al hombre que hizo tal estruendo decir:

-Llevenlo a la comisaria.