🐇C A P I T U L O 26 🐇

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James
Eran las cuatro de la mañana y me encontraba dentro de una celda, Jaebeom al lado en otra celda me veía furioso y yo solo le sonreia juguetonamente.

Jackson se acerco con un chico pelinegro absolutamente hermoso.

—¿Cómo te llamas? –pregunte sin rodeos.

—¿Para que quieres saberlo? –dijo manteniendome la mirada, juzgando cada centímetro de mi cuerpo. Reí como si hubiera contado un chiste.

—Tiene agallas dije sosteniendo los barrotes de la celda, y eres absolutamente hermoso –le dije guiñando el ojo a lo que el sonrió sin discreción. Ya tenía otro en mi bolsillo.

—Creo que debería arrestarte –dijo Jackson  

—¿Celoso Wang? –preguntó Jinyoung con picardía.

—Solo si lo que viniste a decir –respondió Jackson con una mueca.

—Oh si, están libres, Mark porque lo hizo en defensa propia y Jaebeom, aunque salgas libre tendrás que pagar una multa –Jaebeom volteó a verme enfurecido y respondí sacandole la lengua lo que hizo que me escupiera.

—Eres un puto loco –dije mientras me reía y limpiaba el rastro de saliva en mi cara. 

—Jae, comportate como un adulto –dijo Jackson. 

Jackson

Con el sereno de la madrugada nos dirigimos a casa y Mark miraba hacia la carretera desde su ventana.

—¿Qué pasa? –pregunté

—¿No es obvio?

—No en realidad –me fulminó con la mirada.

—¡Me rompieron la puta cara y todo lo que hiciste fue arrestarme!

—Tranquilo, es un delito menor, no aparecerá en tu expediente.

—No es ese el caso, se supone que eres mío y yo soy tuyo, debes defender lo tuyo, yo te defiendo, y te tomo en cuenta para todo y todo lo que haces es arrestarme.

—Mark, es mi trabajo.

—¡No me llames Mark! –dijo enojado– bajame aquí, quiero bajarme del auto.

—¿Estas loco? Son las cuatro de la mañana, ¿sabes cuanto loco puede andar suelto?.

—¿Y qué? ¿me van a violar?. Prefiero que lo hagan a estar soportando que no me defiendas.

—¡Hay un puto asesino suelto!

—Entonces que me mate y me viole

—Eres un exagerado –resongué 

—Tu eres un maldito.

—Espera –dije de repente y paré el auto– dijiste que soy tuyo.

—Si –gire el rostro para hacer contacto visual con el.

—Y tu mío.

—Si.

—Eso quiere decir que, oh por dios, me amas.

—Te amo –dijo Mark sin titubear, sosteniendo la mirada hasta el final. Lo besé con la emoción en los labios y nos separé unos centímetros para tocar nuestras narices.

—Estoy en el cielo –ambos reímos.

Hombre Perdido MarksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora