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El decir que hace cinco minutos un chico con el que apenas hablaba acababa de salvarle la vida es poco. Minho conducía su motocicleta delante del auto de Jisung, guiándolo hacia su casa.

El peliazul observó el camino con interés, su Hyung nunca comentó sobre de qué iría el trabajo, de igual forma Jisung no se negó, lo necesitaba más que a nada en ese momento, el dinero no llueve del cielo, ni mucho menos para él.

El castaño frenó de manera lenta dirigiendo su vehículo hacia una entrada. Del bolsillo de su chaqueta azul sacó un control, claro, rejas eléctricas. Esperando a que se abrieran Jisung llegó detrás de él.

— ¿Y si piensa vender mi cuerpo?— Pensó el peliazul en voz alta— No joder, quién pagaría por ésto.

Negó ante su estúpido pensamiento y notó que Minho había desaparecido de su vista, aceleró un poco y se adentró por  el único camino para finalizar ante una casa... Normal, no era el edificio más monstruoso que alguna vez vió, pero de igual forma era mucho más grande que su pequeño apartamento.

— ¡Hey! Squirrel.

— No me llames así.— Minho soltó una risa, era de aquellas contagiosas, Jisung dió todo de él para no reír también.

Ya había bajado de su moto, esperaba al peliazul en la entrada jugando con sus llaves, el más bajo no tardó en llegar hacia allí luego de apagar el motor del auto.

— Soonie, Doongie y Dori te caerán bien, squirrel. Por favor trata de cuidarlos.

— ¿Eh? Sooqué, Doonqué y Dori?— Observó al mayor confundido.

— ¿Necesitas dinero?— Jisung asintió— Entre el trabajo y la universidad no tengo mucho tiempo para cuidar como quiero a mis preciados bebés, así que... ¿Eres buen niñero de mascotas?

Minho adentró la llave en el cerrojo y la puerta respondió abriéndose, el curioso de Jisung asomó su cabeza confundido. Su piel se erizó.

— ¿¡Qué diablos, Minho!?— El nombrado le guiñó un ojo y entró por la puerta siendo un imán para los felinos del hogar— ¿¡Gatos!? Tu madre.

—¿Por qué?— Tomó en brazos a su bebé Dori regalándole caricias, como respuesta recibió suaves ronroneos— Son perfectos, mira— Acercó al felino hacia Jisung y éste retrocedió alarmado.

— ¡Que no me toque! No me gustan los gatos.

— ¿Alergia?— Han negó— ¿Entonces? Te pagaré bien.

El más bajo lo observó, formó un puchero inconsciente. Minho tenía razón, si trabajase en un restaurante (cosa que no podía, el tiempo para él era limitado) colapsaría e incluso la paga no sería tan buena como ésta. No le gustaban para nada, pero su hermana lo necesitaba.

— ¿Sabes qué? Tienes razón... Dame el jodido gato— El castaño frunció el entrecejo y extendió a su tesorito, ¿De verdad Jisung lo llamó "jodido gato"?

Han extendió sus manos con esperanza de poder lograrlo, en un falso movimiento pareció tomarlo y a esa velocidad lo soltó, por suerte para el pobre animal, Minho en ningún momento lo soltó por completo, no se fiaba de Jisung aún.

— No sé qué tienes, Han. Pero es un gato y la peor parte de esto... Es mío, son míos y mis bebés. No te pido que los beses, a Doongie no le gustan los extraños. Tu Trabajo es cuidarlos, cambiarles la comida, el agua, limpiar el cajón de arena, llevarlos al veterinario, salgo de aquí a las 8 de la mañana y hay días donde llego muy tarde, ellos son animales muy independientes, pero no puedo dejarlos por allí nada más, ya los malacostumbré. Te pago bien porque son lo más bonito que tengo.

— B.. bien, lo haré.— Su voz tembló un poco y el rostro de Minho se relajó, dejó a Dori en el suelo.

— Sígueme— el más alto se giró dándole la espalda, comenzó a caminar. Han lo siguió sin despegar la vista de la figura de Minho, no negaba lo guapo que era, quizás podría soportar a esas tres bolas de pelo despreciables un tiempo— Aquí tienes el alimento, Soonie como del paquete verde, Doongie y Dori del rojo. Los platos de agua allí— apuntaba todo llamando la atención del contrario— Cuando terminas de subir las escaleras, encontrarás una puerta con un pequeño cartel, dentro están las cajas de arena, los juguetes también. El número del veterinario está en el refrigerador y listo. ¿Cómo te ves?

— Como un idiota, pero supongo que no tengo opción...— Han estaba muy inquieto, ésto Minho lo notó, aún no eran muy cercanos como para saber el por qué de las cosas, pero esperaba que no dañara a sus gatos, si eso sucedía no dudaría en matarlo.

Por su parte, el más bajo solo quería salir de allí, desaparecer y evitar a esas tres cosas con patas. Al principio disimuló todo bien, casi. Pero ahora él no estaba cómodo, quería llorar.

Squirrel... ¿Todo en orden?— Minho sirvió un vaso de agua y se lo dió.

— Em sí, ¿Cuándo empiezo?

— Mañana, te dejaré las llaves en la plantera y tú me dirás cómo prefieres la paga, si la quieres semanal, mensual...

Han asintió bebiendo del pequeño vasito.

Si bien Minho sólo necesitaba un niñero, pero ya no era solo eso, ¿Qué era lo que sucedía con Jisung? ¿Por qué no buscaba otro trabajo si tenía la oportunidad? ¿Cuál era la necesidad de tanto dinero? Sería interesante averiguarlo.

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¡Hola! ¿Les gustó?

No me acaba de convencer, pero de todas formas falta desarrollar la historia :)

Es... Interesante...

—G.

F*cking Claws. [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora