Pasaron días, quizás una semana desde que Soomin comenzó a salir con los chicos cada vez que podían, la universidad también los tenía un tanto ocupados y Han seguía cuidando a esas bolas de pelo, pero era verdad que la más pequeña se sentía más libre.
Minho por su parte, clavaba su vista en Jisung cada vez que éste reía y observaba a su hermana con adoración. El mayor adoraba su perfil y también el ver lo cálido que podía ser.
Jisung no se quedaba atrás, poder ver el brillo especial en los ojos de Minho era hermoso, nunca comprendió como a alguien podían brillarle de aquella forma.
— ¿Cómo te sientes?— Dijo el castaño sin mirarlo, estaba muy concentrado en ver a Soomin alimentar a los gansos en el estanque.
— Bien Minho, todo está...Bien. Gracias.
— No hay de qué, ¿Y ella?
— Su fatiga aumentó y no tiene mucha hambre, pero le agrada salir, según ella se siente mejor. La sesiones siguen, dentro de un tiempo llegará la hora de internarla y ya sabes... esperar.
Minho pestañeó unas veces y como si fuera magia, palabras inconscientes salieron de él.
— Han, ¿Quieres salir a cenar?
— Claro— Respondió con simpleza— Pero Soomin fue invitada por Hyuna, iremos solo.
Claro que Minho lo sabía, Hyuna, Soomin y él planearon eso. Todos cuidaban de ella pero era hora de que el mayor haga reír al peliazul un poco.
— Espérame a las 8, iré por ti.
— ¿¡En tu motocicleta!?
— Claro, como se debe— Soltó una carcajada— Ponte guapo.
— ¿Ya no lo soy?
— ¡Eres muy hermoso!— Exclamó la niña sentándose en su regazo, apareció de la nada.
Los tres rieron y Han llevó una mano a la frente de su hermana, estaba hirviendo, suspiró negando y comenzó a buscar marcas en su cuerpo... Efectivamente... Más hematomas.
— ¿No te sientes bien?— La niña negó haciendo un puchero— ¿Por qué no me haz dicho?
— No quiero molestar... Se ven muy lindos charlando.
— Soomin...— El tono de Jisung bajó— Bien, iremos a por algo para la fiebre.
— Déjame, la llevaré yo. Hagamos un cambio, es hora de bañar a los gatos y en mi moto no caben como para llevarlos hasta el veterinario.
— ¡Sí! Yo quiero ir con Minho...— Sonrió y le hizo un puchero a su hermano.
— Pero si tú no estás soy yo quien debe tocar a esas cosas— Dijo preocupado.
— Pues aprende— Dijo ella con una sonrisa y se pasó al regazo de Minho.
— Nosotros caminaremos, no la subiré a la moto. No le toques la pancita a Soonie, te hará trizas si lo haces. Y sin dejarte responder nosotros nos vamos antes de que te niegues— Minho corrió con ella hasta alejarse de él.
— Se le hará... Difícil, Oppa.
— Es hora de que tu hermano deje de ver a mis preciosuras como pelotas de fútbol con pelo y hambre y a tu gatita igual, haremos que le gusten.
— ¡Sí!— Ella tosió y del bolsillo de su vestido sacó un pequeño barbijo, se lo colocó con cuidado y pidió perdón.
Minho la observó con ternura, no podía creer lo que sucedía.
— Perdón— Repitió.
— Ya estamos solos, comadre. ¿Cómo te encuentras?
— Me siento feliz de ver mi cuarto cambiado, Sungie me compró las cortinas que me gustaban— Sonrió— y tengo un espejo, ¡También una Monster High!... Pero de todas formas se qué no estoy bien, Oppa, tengo heridas en la boca, quiero dormir, estoy delgada...Horrible.
— ¡Oye! ¡Me niego a aceptar lo último! ¡Eres hermosa!
— No me siento así.
— Pues lo eres, y así como iremos a la Farmacia para conseguir algo para tu fiebre... Luego iremos por unos aretes, ¿Te gustan? Veo que tienes para ponerlos.
— Para estudios médicos debo quitarmelos, pero sí... Me agradan.
— Mmm, ¿Y qué te gustaría ir a comprar?
— ¡Ya sé!— Luego de pensar a la niña le brillaron los ojos.
Diferente a la situación del pobre Jisung.
— ¡No puedo hacerlo! ¡Agh!— Se asustó el pobre gato ante el grito del peliazul.
Han de hincó y con algunos dedos cargó a Dori.
— Dios... Qué gordo eres...y suave.
Movió un poco uno de sus dedos dándole una caricia, el gato ronroneo y una corriente eléctrica recorrió a Han.
A sus pies sintió como Doongie se deslizaba por su pierna, ¿Por qué los gatos se le acercaban cuando él menos lo necesitaba?
Suspiró pensando en lo idiota que puede llegar a ser, sí, es verdad que los pobres gatos no tienen la culpa, quizás el problema era él.
Pero no podía, aún no, le dolía.
Tomó a los felinos uno por uno hasta llevarlos al auto, los colocó en la parte trasera y el subió a la parte del conductor para ir hacia el veterinario de la vez pasada.
Un mensaje de voz le llegó al celular, lo desbloqueó como pudo y lo escuchó, era en el chat con Minho.
¡Oppa! ¡Minho me compró lápices de colores y muchos bolígrafos con aromas de frutas!
Han sonrió alegre.
Debía disfrutar todo lo que podía, la felicidad no es eterna.
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Holis¡!
Empieza lo interesante, digo...
De paso, se largó la lluvia acá, díganme si no es hermoso...
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F*cking Claws. [Minsung]
RandomJisung odia los gatos, le traen malos recuerdos. Pero de todos modos necesita dinero. Su amable compañero de clases se ofrece a ayudarlo, Jisung acepta sin saber que el trabajo era ayudar a Minho con sus "Preciosuras felinas". ━━━━━━━━━━━━━━━ - ¿¡Qu...