12.

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Día 3. [3 restantes].

— Debes prometerme que no dirás nada...— La niña sonrió triste— Por favor Oppa— Extendió su dedo meñique hacia donde estaba Minho.

El castaño no tenía nada dentro de él, no habían palabras, pensamientos, nada. Juraba querer desaparecer ante todo, las lágrimas que corrían por sus mejillas se hicieron continúas y Soomin se lamentó eso.

Desde que fue hospitalizada, los médicos examinaron todo a su alcance. Soomin se apagaba, empeoraba cada día más, pero aún faltaba para su transplante, solamente eran días, pero ella lo sentía como si fuesen años. Su cuerpo dolía, solo deseaba dormir y no podía ver comida. Su piel era marcada por hematomas y manchas rojas, la lista podía seguir.

— Estoy esperando— Recalcó Soomin con su dedo en el aire, Minho sintiendo el ardor en su pecho, lo entrelazó con el suyo formando esa dolorosa promesa, ella sonrió triste— Perdona Oppa, perdona por ser una carga. Pero ya falta poco para acabar. Podrán ser felices con Sungie... Los amo, gracias por hacerme sentir bien. Me recuerdas a mamá— Minho tomó toda la mano de la niña dejando un beso en esta, decir que era un me de lágrimas era poco.

— Eres hermosa, una luz, una muy grande. Eres más fuerte que yo, pequeña, te amo a pesar de todo, y tu hermano igual, te esperaremos siempre.

— Joven Lee— Una enfermera tocó la puerta y se asomó— El horario de visitas acabó y ella irá a revisión. ¿Le molestaría retirarse?

Minho negó y limpio sus lágrimas, la mujer al verlo sintió una sensación horrible dentro de ella. Él se colocó de pié y ella amablemente lo acompañó hasta la puerta del establecimiento luego de haberse despedido de Soomin.

Tomó sus llaves molesto y se subió a su moto para ir a casa y hacer quién sabe qué con su vida. No estaba de ánimos, mucho menos luego de lo que Soomin le confesó, tenía tanto que hacer, todos aquellos días Seungmin lo cubrió en el trabajo, le debía una vida entera.

La noche se hizo presente en el cielo y él llegó a su cada luego de todo el jodido tráfico, al parecer no era su día, también llegó a su cabeza el tener que estudiar para sus exámenes.

— ¿¡Por qué todo esto me sucede a mi!?— Espetó molesto y clavó una fuerte patada en la puerta, luego la abrió lanzando las llaves y su chaqueta por alguna parte de la entrada. Observó el espejo junto a él y al verse a sí mismo deseó romperlo de un puñetazo.

Pero algo lo detuvo, una imagen que nuca creyó ver antes. Había olvidado que ese día Han pasaba en la tarde a ver a sus adorados felinos debido a que en la mañana no tuvo tiempo. En ese momento Minho se sintió la peor persona del mundo.

Jisung dormía en el sofá del mayor, acostado hacia arriba, como si estuviese viendo el techo. Una mano colgaba del sofá y la otra descansaba sobre Doongie quién dormía en el pecho del mismo. Soonie reposaba a sus pies y Dori rondaba simplemente por la casa.

El castaño se relajó un momento deleitándose con esa bonita imagen, recordó todo lo que Soomin le dijo sobre Han y los gatos. Al parecer se rindió ante aquel miedo o quizás solo se durmió y los gatos lo utilizaron de almohadón, nadie sabe.

Limpio todo rastro de llanto y se aseguró de encontrarse (por lo menos) algo estable. Jisung no debía enterarse de que él veía a Soomin a sus espaldas. Si lo hacía, Minho entraba en riesgo de que el menor descubriera de lo que ella confesó.

— ¿Han? ¿Qué haces aquí?— Se acercó a su lado y lo movió para que reaccionara— Despierta...

El más bajo se removió en el sofá y formó un puchero cuando oyó que debía despertar. Doongie reaccionó de la misma forma, solamente que éste se fue.

— ¿No que salías del trabajo a las diez?— Bostezó y se reincorporó en el sofá— Dios, lo siento... No recuerdo cuando me he quedado dormido.

— No te preocupes, puedes quedarte cuanto tiempo lo necesites, se lo que es estar solo en casa— Ríe— ¿Quieres cenar algo?

— Claro— Susurró— Me siento mal por no haber visitado a Soomin. Chan me llamó ésta tarde y no pude decir que no...

— No te preocupes, podrás verla mañana. Recuerda que debemos estudiar, el mes entrante comienzan los exámenes.

— Lo que faltaba— Escupe sin gracia— Espero no morir en el intento... ¿Puedo darme una ducha?— Dori se acercó y para la sorpresa de Minho, Jisung retrocedió.

— Mmm, claro. ¿Necesitas ropa limpia?

— No, gracias, luego de lo que sucedió en la casa de Félix hace un par de meses— Minho lo observó curioso— No preguntes, algo con su perro y Jeongin... Siempre llevo ropa limpia en mi bolso cuando salgo.

— Bien, yo saldré a buscar algo para la cena— Sus ojos encontraron los de Jisung, el más bajo se acercó con pasos tímidos y antes de que Minho dijese algo, éste estampó sus labios con los suyos. El beso fue corto, muy corto para ambos, Han se sonrojó y a pasos rápidos subió las escaleras, Minho oyó el sonido del traba en la puerta del baño, volteó hacia el espejo y notó la sonrisa inconsciente en su rostro.

Tomó su billetera, sus llaves y salió de la casa sin apagar esa pequeña felicidad en su rostro, su estómago producía un cosquilleo, uno bonito.

Por un momento Minho pudo olvidar la tristeza que abundaba en su vida. Se sentía como un adolescente enamorado.

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ES LA TERCERA VEZ QUE ESCRIBO ÉSTO, todo se borra :(

Dios, perdón si quedó mal, no se por qué pasa ésto, incluso veo que las barritas de diálogos que yo uso son las largas y de la nada se cambian a las más cortas en algunas partes :(((

F*cking Claws. [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora