Legado hasta la última pelea
Legado hasta el último enemigo
Legado hasta la última hora
Legado hasta la última bala
Legado hasta el último aliento
Legado hasta la última Esperanza ⚜️
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Lexi no le había permitido salir de la casa, bajo la estricta orden de permanecer en su habitación a salvo. Él podía presentir que los conflictos seguían acumulándose en New Orleans y su familia y amigos no daban abasto para poder cubrirlos.
Miró el reloj electrónico de la mesa de la noche, descubriendo que ya habían transcurrido horas, y aún no había noticias de ella o de nadie. Únicamente era capaz de sentarse junto a la ventana, contemplando la calle, a la espera de alguna novedad. Pero a pesar de que aguardaba expectante, el jaleo del patio lo mantenía alerta y exasperado.
Desde que lo habían dejado en las Instalaciones, su padre le había explicado que probaría un nuevo método para que Hope pudiese canalizar los efectos de la magia negra del Hollow; y aunque no le había explicado concretamente que es lo que haría, no había escuchado más que estruendos, ruido de vidrios rotos, casi pareciera que estuviesen destruyendo toda la casa.
Cansado del misterio, Wes salió de su habitación, deslizándose silenciosamente por el corredor. A medida que se aproximaba al patio, los estruendos aumentaban y sumado a ellos alcanzó a oír los gritos de Hope.
Eran gritos de rabia.
- ¡Hazlo de nuevo! - exclamó su padre, reincorporándose del suelo; alcanzó a distinguir que de su rostro emanaban heridas sangrientas, - Más fuerte ésta vez. Todo ese dolor, esa oscuridad contenida...debes purgarla antes de que te consuma. -
Wes se sentó al borde de la escalera, apoyando el peso de su cabeza sobre sus manos. Hope estaba parada junto al primer escalón, aferrándose a la barandilla, resollando fatigosa.
- ¡Papá! - exclamó.
- ¡Dame tu rabia, Hope! -
Volviéndose sobre sus talones, Hope gritó y sacudiendo su mano hizo volar a su padre a lo largo del patio, hasta el punto de hacerlo estrellarse contra una pared. Wes se reincorporó preocupado; había jurado que toda la casa había temblado.
- No está funcionando, - resolló Hope.
- Te estás conteniendo, - repuso su padre, reincorporándose lentamente, quedando sentado contra la pared. De su frente sangraba una nueva herida.
- ¿Realmente crees que quiero sentirme así? - cuestionó su hermana. - No importa cuán fuerte intente sacarlo, no me siento nada mejor. - ella chasqueó la lengua, pateando furiosa el suelo, - no es a ti a quien quiero lastimar. -
