1 de diciembre (Pt. 2)

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-Estas babeando el suelo- la muy graciosa hizo como si limpiara mi quijada

-Se ve todo- la acerque a mi para taparla lo más que podía

-Déjame lucir mi vestido- me empujó y comenzó a caminar hacia las escaleras.

-Todo debe tener escaleras- susurre mientras notaba como la abertura de su traje se abría demasiado

-Ve más lento- le susurre tomándola de su mano

Ella solo me sonrió de una forma coqueta mientras continuaba con su pasarela en donde ella era el centro de atención.

Ahora entendía porque Alejandro me había pasado tantos condones.

Con esta mujer así necesitaría casi una fábrica de ellos.

Caminamos entre la gente saludando y recibiendo halagos para ella.

Cuando llegamos al centro muchos empresarios nos rodearon.

-Señor Mercier- me saludaron, pero sus ojos estaban en mi pareja

-Disculpen- la tome de la mano para salir de ahí

Era casi imposible ocultarla de la gente.

Sentía que miles de ojos la estaban desnudando en estos momentos.

Caminamos hasta una mesa que tenía nuestro nombre.

Como esperaba rápidamente se llenó de los empresarios que debían tomar sus asientos.

Muchos viejos verdes pasaban por detrás de nosotros lanzándoles piropos a Ayleen.

Como hombre pase mi brazo por su hombro para que supieran que ella no estaba sola.

Iniciamos una charla en la mesa sobre mi centro comercial y como muchos de ellos lo visitan casi a diario.

-Una de las cosas que más raro se me hace es no verlo por el lugar- sonreí ya que siempre dicen lo mismo

-No me gusta interrumpir la forma en que el centro comercial trabaja, además mis gerentes por departamento saben hacer bien su trabajo como para estorbarles - reí intentando no ser tan sarcástico

En un momento sentí la mano de Ayleen en mi muslo activando cada uno de mis sentidos.

Ella solo me sonrío mientras continuamos con la charla con los diversos empresarios.

- ¿Piensa este año volver a hacer sus fiestas navideñas? - negué rápidamente

-Claro que si, los empleados merecen una recompensa por lo menos así sea emborrachándose de gratis una noche- la miré incrédulo

-Me gusta como piensas - la señaló un viejo verde

La mano en mi muslo se cerró un poco mientras subía más

-Nena detente- susurre en su oído

Ella sabía cómo encender mi chimenea y claramente si ella lo encendía se encargaría de apagarlo.

Tener que hacerlo yo mismo me termina aburriendo.

Continuamos hablando mientras su mano traviesa jugaba con mis sentidos.

Si vamos a jugar debe ser de ambas partes- pensé mientras disimuladamente colocaba mi mano en su muslo claramente en la abertura de su traje haciendo que ella me mirara sorprendida

- ¿Pasa algo hermosa? - la mire coqueto mientras ella negaba

Mi mano traviesa tenía vida propia y mi concentración ya no estaba en la charla de estos idiotas.

Holidays with my BossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora