04.

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CAPÍTULO 04.

Esa noche de navidad había sido muy diferente a las demás. Definitivamente se notaba la presencia de Harry en la casa. Comenzaron la noche jugando algunos juegos de mesa como Monopolio, luego siguieron con Twister; para luego pasar a comer en donde Anne había preparado un rico pavo, como todos los años. Cuando ya eran las 11:55, entregaron los vasos con leche chocolatada para poder brindar. Los más felices eran los niños, por supuesto. Elio se paró a lado de su madre y entrelazó sus manos. El primer abrazo que tuvo Felicity fue de su hijo, luego todos comenzaron a abrazarse.

–¡Es hora de los regalos! –exclamó Josh, uno de los hijos de los invitados.

Elio salió corriendo y Anne le hizo una seña a Harry para que vaya con los niños. Este año a él le tocaba repartir los regalos.

El resto de la noche fue tranquila y todos los invitados procedieron a retirarse a las dos y media de la mañana.

En estos momentos, Felicity se encontraba en la cafetería que quedaba en la esquina de su casa. Elio había ido con Sylvia a visitar a sus tíos de parte de su familia materna, pero Felicity necesitaba hacer unas cosas del trabajo y prefirió ir a la cafetería en vez de quedarse sola en la casa en Navidad.

–¿Felicity? –escuchó una vez detrás de ella. Ella volteó con el ceño fruncido y se encontró con la expresión confundida de Harry con un café en su mano– ¿Qué haces aquí? –preguntó.

–Estoy terminando algo del trabajo, –señaló la pantalla de su computadora– ¿tú qué haces aquí? –preguntó ella mirándolo y luego alrededor– Tus fans te van a descubrir.

Él negó riendo.

–Muchas personas me conocen y siempre tratan de mantener en privado mi estadía aquí porque odian cuando vienen cámaras. Interrumpe su paz. –él explicó y Felicity asintió. Ella lo entendía completamente. Las personas que vivían en este pueblo usualmente eran adultos o niños. Cuando las familias tienen hijos y estos son adolescentes, ellos viajan a Londres y estudian ahí– En fin, ¿ya terminaste? ¿Me puedo sentar? –preguntó señalando la silla. Felicity asintió y cerró la pantalla de su computadora. Harry tomó asiento lentamente tratando de no asustarla.

El día de noche buena, exactamente cuando Felicity se había ido a saludar a aquella amiga que mencionó, Harry vio a Gemma sonreír y, como si no fuera poco, él se acercó a ella para saber que estaba pasando. Su hermana lo sorprendió diciéndole que había notado su interés ante aquella invitada que había sido desconocida para él hace bastantes años. Por supuesto que Harry lo negó, pero eso lo puso a pensar en porqué se sentía tan atraído en conocerla. No la conocía, pero le gustaba que lo tratara como si fuera una persona normal a pesar de no ser familia directa.

–¿Cómo se siente volver después de tiempo a Redditch? –preguntó Felicity tratando de iniciar una conversación.

–Relajante. —Harry contestó en una palabra– Hace mucho tiempo que no pasaba tiempo con mi madre y verla sonreír cuando llegue fue como un alivio y satisfacción para mí. –contó con una sonrisa en el rostro. A pesar de haber llegado hace tres días, aún tenía la imagen viva de su madre en su cabeza– ¿Y que me dices de ti? ¿Siempre has vivido aquí en Redditch?

Felicity soltó un suspiro.

Antes de quedar embarazada, ella tenía un plan. Quería terminar la escuela tranquilamente, entrar a la universidad en la ciudad para luego poder ejercer su carrera en Londres o en alguna ciudad en el extranjero. Las cosas no salieron como ella lo había planeado precisamente y se tuvo que quedar en Redditch.

–Sí. –solo contestó, no quería dar mucha información de su vida privada– Me gusta estar aquí. –alzó los hombros– Es un lugar bastante cálido.

–Estoy de acuerdo. –contestó mirándola fijamente. Luego señaló su computadora– ¿En que trabajas?

–Trabajo en el área de contabilidad en una empresa. –ella respondió con una sonrisa en el rostro. Amaba su carrera. Muchas personas decían que era bastante tediosa por la cantidad de números, pero era algo que a ella le gustaba. Retar a la gente para poder demostrarles que era mejor había sido algo que le había gustado a Felicity desde pequeña. Como cuando su tío le dijo que no podía montar la bicicleta cuando era pequeña y la semana siguiente aprendió a montar solamente para dejarlo callado. Ese sentimiento de satisfacción era algo que a Felicity la relajaba, por más macabro que sonara.

–Wow, eso suena genial. –contestó Harry aunque no tenía idea de que exactamente se hacía en el área de contabilidad. Tenía en claro que tenía que ver con los números, eso dejaba ver que Felicity era una mujer bastante hábil con estos.

Estuvieron conversando de cosas generales por la siguiente media hora. La castaña se había comenzado a sentir cómoda hablando y abriéndose con Harry, pero no habían hablado de algo muy personal como el nacimiento de Elio, o el padre de su hijo, ni ese tipo de cosas. Felicity se lo guardaba para personas a las cuales los consideraba familia, y hasta ese momento, Harry aún se encontraba lejos de serlo.

–Debe ser extraordinario sentir esa adrenalina cuando entras a un estadio y ves a todo el público gritar tu nombre. –Felicity comentó mientras guardaba su laptop en la pequeña mochila que había llevado.

–Lo es. –Harry asintió– Deberías venir a uno de mis conciertos alguna vez. –sugirió.

–Sí, debería. –ella rió– Tengo que ver porqué Anne presume tanto sobre su hijo que es cantante.

–Oh no, ¿en realidad lo hace? –Harry cerró los ojos y llevó la palma de su mano a su frente golpeándola.

–No te avergüences, yo haría lo mismo si Elio fuera una cantante súper famoso. –Felicity le guiñó el ojo de manera divertida. Tomó lo último que quedaba en su taza de café y se paró de su asiento– Fue lindo hablar contigo, para ser honesta, me sentía un poco intimidada por hablar con la gran súper estrella ex integrante de una de las boy bands más grandes del mundo –enfatizó con sus manos–, pero me alegra saber que estuve hablando con el hijo de Anne. –sonrió.

–Ya veras que soy normal. –esta vez él le guiñó el ojo– Gracias por lo que acabas de decir, me estaba preguntando qué había hecho para que anoche salgas corriendo. –hizo una mueca.

–¿Lo siento? –ella alzó sus hombros.

Felicity agarró su mochila y se acomodó el gorro de lana que tenía en la cabeza.

–Nos vemos, Harry. –ella dijo finalmente antes de salir por la puerta.

El cantante la vio salir por la puerta hacia su auto que estaba estacionado afuera y así fue como partió a la casa de sus tíos.

Harry se quedó un rato más en aquella cafetería hasta que decidió pedir unas cuantas galletas navideñas para poder llevarle a su familia. En el camino, solo se encontró con algunas fans que lo saludaron y le pidieron su autógrafo, él accedió y les deseó feliz navidad. 


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ELIO ━ harry styles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora