ELIO ━ harry styles.

06.

CAPÍTULO 06.

Desde aquella tarde del picnic, todo había cambiado para Harry y Felicity. Él buscaba la excusa para pasar por la casa de la castaña sin que Anne sospeche por el quien, y lo mismo pasaba para Felicity pero con su madre. Se sentía como una adolescente. Sin embargo, no dejaba de lado a Elio y también salían los tres para poder hacer que Harry y él se integren. El cantante estaba encantado con el pequeño, y a pesar que Elio parecía ser cerrado al comienzo, se terminó acostumbrando a la compañía de Harry e, incluso, pedía verlo.

Ya era casi fines de enero, cuando Harry recibió una llamada de Jeff diciéndole que era hora que vuelva a Los Ángeles para que puedan ensayar para las entrevistas en distintos programas televisivos para poder promocionar su último álbum. El castaño sabía que aunque le rogara a su manager quedarse hasta su cumpleaños, iba a ser casi imposible. Jeff podría ser su amigo, pero cuando se trataba del trabajo, sabía separar la amistad de lo laboral y poner mano dura con Harry. Lamentablemente, no le quedó más que aceptar.

–¿Ya tienes que volver, no? –preguntó Felicity cuando estaban sentados en el auto del cantante.

Él volteó a verla con el ceño fruncido.

Planeaba decirle en la noche, no en ese momento. Harry para poder despedirse de ella, aunque rogaba que la despedida fuera momentánea, decidió llevarla a uno de sus lugares favoritos en su ciudad natal. Era un lago oculto a veinte minutos del centro de la ciudad. Él era la única persona que conocía ese lugar, y después de años, esperaba que siguiera ahí y que no hayan vuelto aquel especial lugar en alguna residencia.

–Sí. –contestó un tanto fastidiado por tener que responder afirmativamente.

Es la primera vez después de tanto tiempo que no quería irse de Redditch y tenía una muy buena razón. No era como que antes quería irse y dejar a su madre, simplemente que antes no tenía ningún problema con volver a sus obligaciones laborales, pero ahora sí. Pero estaba seguro que no quería solo despedirse y desaparecer por meses, luego volver y esperar que las cosas sigan como siempre. Eso jamás funcionaría. En realidad estaba interesado en Felicity, no se había sentido así en meses.

–El deber llama. –ella bromeó con cierta tristeza en sus palabras.

Ella tampoco quería que se fuera. Por más egoísta que se sintiera, quería que cancele sus planes y se quedara. Felicity sabía que ella no podría ir a visitarlo, ni tampoco podría dejar su vida en Redditch. Tenía un hijo y siempre pondría a Elio delante de cualquier cosa. Lo que sí era verdad, es que Felicity no se había sentido así desde que Daniel murió.

Años después de aquella tragedia, sus amigas e incluso su madre, la animaron a que saliera con otros hombres. Sylvia sabía lo mucho que su hija amaba a Daniel, pero también sabía que no podía simplemente quedarse estancada y tenía que salir adelante. Sin embargo, Felicity se negaba rotundamente y ponía la excusa de tener que estar ahí para Elio, lo cual era un tanto cierto, pero no al cien por ciento. Ella simplemente no quería salir con nadie, todo eso de conocer a una persona y luego tener suerte para que no sea un psicopata, le daba un poco de flojera. Pero todo con Harry parecía tan sencillo, de pronto esa "flojera" se había esfumado y cada día sentía ganas de conocerlo un poco más. Era como si todo encajara como un rompecabezas. Pero al armar un rompecabezas a veces una pieza no entraba, y eso era lo que estaba pasando en aquel momento.

Mantuvieron su silencio un rato más hasta que Harry aparco el carro al frente del lago. El reflejo del día y de las nubes se veía reflejado en el agua, dándole un toque cálido. El cantante la abrió la puerta a la castaña cuando bajaron, lo cual ella agradeció y caminaron juntos hasta las orillas del lago en donde se sentaron en el gras.