«—Siempre te quedabas con lo que querías. Era hora de que fuese al contrario.—Curioso es que pienses, que me rendiré después de tanto. ¿Subestimándome, Daniel? Sabes como suele terminar eso, prometido—Recalco esas palabras como si fueran un manjar—»
Todos se reúnen en una especie de círculo. Imma Juliets está un poco nerviosa, pero matándome con la mirada. Luisa parece divertida y aprovechando de la situación. Benjamin, que es la última persona que debe estar haciendo esto, sonríe orgulloso y Brandon le da puños al aire, como si hubiera conseguido un premio Nobel al tenerme a su merced.
—¿Qué intentan?—Imma jala mi cabello hacia atrás y pego la cabeza al espaldar, con dolor.
Aprovechan y me amarran los píes a cada pata de la silla, dejándome expuesta y abierta ante todos. La puta del año es lo que parezco.
—Es hora de tomar justicia—Imma pasa sus uñas por mi delicada cara y escucho como dos pantalones caen al piso.
El susto me inunda. Yo sé de defensa personal pero ahorita mismo no sabría como actuar.
Llegará.
Siempre lo hace.
—Te crees la reina del mundo.
—Lo soy—Con insuficiencia mantengo mi tono sereno. Luisa Hache me voltea la cara con su palma y siento la sangre caer por mi nariz.
—Este es tu fin, Samsara Daisha.
O el inicio. Trato de darme ánimos.
Todos van y me dan golpes en lugares estratégicos, los idiotas no son tan estupidos y me dan en partes que no se verán en la graduación. Imma golpea mi estómago y una arcada es el resultado de.
Luisa me jala el cabello y orgullosa muestra las hebras de mi cuidado y lacio mechón entre sus manos. Me araña y rasga mi vestido, suelto un sollozo.
—Paren—Sueno a la defensiva y miro al techo como si estuviera buscando algún tipo de solución en el de arriba.
La música se sigue escuchando como un bajo murmullo. Ahora suena one day y trato de concentrarme en los beats y espacios de la canción y no en el hecho de que estoy a punto de perder mi dignidad como mujer.
Mi molestia no va solamente hacia lo que están haciendo, que en el fondo todos saben es poco sabio, sino al que son precisamente mujeres, que dicen luchar por una supuesta igualdad para que todos ganemos lo mismo y tengamos derechos, pero se rebajan al nivel de atacarme, solo porque se les da la gana.
—Escúchame bien, princesita intocable de papá—Imma me arregla la cabeza para que vea a una desenfrenada Luisa. Parece extasiada por lo que está haciendo, su cara con un brillo peculiar y sus manos moviéndose demasiado rápido, lo que me hace suponer está más que borracha, drogada—Mañana no vas a ir a recoger tu título con honores. Es el primero, te darán un discurso de mierda y lo rechazarás.
—¿Por qué haría tal cosa?—Varias veces mi hermano y Eros hicieron exámenes por mí, pero otras, la gran mayoría, fue esfuerzo mío. Que odie el colegio y piense que mi inteligencia está por encima de la del promedio, que en estos momentos está demostrado, no significa que no me haya desempeñado por mis logros. No pasé noches en vela porque no las necesité, jamás he carecido de organización porque mis padres son maniáticos de ella y era así como lograba retener las informaciones inútiles que exigían para la dichosa evaluación. Un papel no es nada para lo que merezco, pero mentiría si digo que eso no me hace sentir orgullosa.
—¿Todavía no lo entiendes?—Interroga Benjamin—Eres una creída asquerosa que siempre nos ha tratado como si fuera algo más que nosotros, cuando nuestros papás son igual de millonarios que los tuyos.
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SIMPLE...Siempre seré yo
Romance«Un demonio vestido de Valentino. Una belleza desoladora». Cuando la ven caminar, con su andar y pronunciación de caderas, todos caen. Es algo irremediable, por donde se le mire desborda belleza, superioridad y seguridad. Nada le falta y todo lo co...