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Mis pulmones están colapsando y siento que empiezo a ahogarme.

Están tumbando a la reina.

Toda monarquía tiene su fin.

Nadie es invencible.

¡No! ¡No! Y ¡no!

«¡No crié a una niña débil! ¡Pudiste con incontables enfermedades! ¡Con el bullying a los seis años! ¡Con burlas! ¡La mitad de tu vida sola, soportando a las personas como adornos! ¡Tres carreras sin la ayuda de nadie! ¡Jamás has necesitado ni de una persona en toda tu jodida vida y no la necesitarás ahora! Te vas a montar en tu Ferrari, vas a ir la joyería Lexcle y cuando llegues a tu casa es que te vas a permitir desahogarte, y ni siquiera, porque necesitas seguir trabajando si quieres mantener la vida que llevas. ¡Eres y siempre serás tú!»

Escucho a Alexander Culpepper como un mantra imparable y con la misma impotencia es que arranco el carro y piso el acelerador hasta el fondo.

Necesito salir de Londres. Necesito calmar mi cabeza.

Pax está en Latinoamérica haciendo alguna mierda y lo que menos quiero es otro problema.

Mis padres están ocupados y no para mis cosas. No los minimizo pero no pienso cargar a dos figuras importantes con mis situaciones, de esas sólo me encargo yo. Puedo pedir ayuda pero finalmente a la única persona que siempre tendré es a mí.

Siempre seré yo.

Siempre seré esa reina que acaba con todo a su paso, que analiza las situaciones en previo, que tiene todo bajo sus manos, que emboba a hombres y a mujeres las hace cambiarse de sexo o terminar de asegurar que son lesbianas.

¡Soy Samsara Culpepper!

Mandé a todos los que me hacían bullying a un campamento militar y ahora los tengo de asistentes de mis asistentes ganando miserias. Presenté tesis que hoy en día son una realidad y ya he acabado con la pobreza y el hambre en tres islas, en solo un año.

¡No merezco a un inútil!

Nadie merece todo lo que soy, la definición del todo y lo que jamás vas a poder conseguir por tener mentalidad de idiota. La única forma de ser una Diosa como yo, es bloqueando el resto, absolutamente, priorizándote pero haciéndolo de verdad. No es que dices que eres la mejor pero un chico te rompe. No. Tú le demuestras al hombre que hizo con intentar dañarte, porque tú jamás lo permitirías.

Por esto es que las personas son adornos en mi vida, reemplazables e insustanciales. Puedo jugar con ellos, puedo manejarlos a favor, pero siempre me quedaré yo. Soy la única que tiene esa mentalidad, de poder obtener todo por su mera cuenta, no con la ayuda de nadie.

Porque siendo sinceros, no lo necesito, no me facilitan nada los otros porque me termino agobiando creyendo que algo no quedará tan perfecto como cuando lo hago yo.

—Informe—Le pido a Imma cuando noto su llamada número setenta.

Ella es la que tiene un rango que se pudiera considerar mejor.

—He desmentido trescientos rumores hoy, sobre que eres lesbiana y sobre posibles parejas. Sin embargo, hay personas que dicen que vas a terminar casándote con un principe a conveniencia.

—¿De donde salió reverenda estupidez?—Bufo.

—De que tú ya estás a nivel de monarquía y quedan miles de principles solteros que esperan llegue alguien a sus vidas para ponerles sazón.

—Haz que desaparezca, es una atrocidad de mentira. ¿En que mundo yo me casaría con un hombre que no ha hecho nada por obtener sus méritos más que nacer en un castillo?

SIMPLE...Siempre seré yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora