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«—Lucharé por recuperarte.

—Aprende a escoger batallas en las que pudieras ganar—»

¿Entonces tú sencillamente decidiste que no íbamos a ir al crucero?—Eros bebe de su copa de champagne, rindiéndose.

—Era lo mejor—Afirmo.

—¿Según quién?—Suspira—¿Tú?

—Exacto—Le guiño un ojo y solo para ignorarlo cierro los ojos, soy consciente de que no puedo dormir, o no con la facilidad con la que lo hacen todos.

Cancelar el crucero era lo más sensato porque yo odio estar con gente y al parecer es imposible alquilar un barco comercial para tres personas. Bueno, mamá no lo calificó como imposible pero sí como difícil y es por eso que organicé un nuevo viaje.

Aterrizaremos en Miami y después iremos a Hawaii para quedarnos en uno de los  mejores hoteles de papi.

Atención—Habla el piloto—Estamos por aterrizar en el aeropuerto privado de Miami/Florida. Se les agradece mantenerse en sus asientos y de manera recta para evitar posibles dificultades que se puedan presentar. Gracias por escogerme y espero tengan unas felices vacaciones.

Al llegar, me doy dos palmadas orgullosa por escoger de manera correcta mi outfit. Llevo un suéter tejido que cae en mi hombro izquierdo y deja a la vista mi bralett rosado, shorts de jean altos y zapatos de goma. Es adecuado porque en el avión hace frío, tapo mis piernas con la manta y al llegar hace calor, entonces no me ando quejando por una cosa o por la otra.

Me pongo mis gafas y bajo por las escaleras, ignorando a todos los reporteros que están para fotografiarme y para comprobar si es verdad lo que se rumorea acerca de los del instituto Lionne cosa que es cierta. Antes de ayer mi padre llegó a darme la noticia de que había dejado en un lugar para nada agradable a mis agresores y el coronel me ha estado informando por mensaje que tal va todo.

—Samy.

—No sé cuando vas a aprender que mi nombre es Samsara, no Samy, no Sam—Sigo caminando mientras tengo a mi tía pegada a la espalda y como siga así, haré que mi escolta se encargue de ella.

—A mí me gusta que me digan Leah. Yo de verdad no entiendo por qué no te agrado.

—No es que no me agrades, es que no me interesas—Llego al otro avión, que pertenece a mis abuelos, me pongo mis audífonos y vuelvo a cerrar mis ojos.

Malia Relish Smith es la hermana de mi madre Cleo, pero la verdad es que no se llevan para nada bien y por lo tanto, yo ni la recuerdo. Tengo entendido que ella iba a seguir los pasos de su mami y llegó al miss universo pero quedó de segunda finalista y en serio me agrada creer que mami tuvo algo que ver en eso.

No es fea. Tiene el cabello castaño y unos ojos azules que no brillan, son más que todo opacos y siempre están delineados como un gato, lo que provoca que su cara, naturalmente gorda, se vea más recta, a parte de todo el contour que se hace.

Lo que no tiene de millonaria lo tiene de fastidiosa porque estudió periodismo y parece tener algún complejo extraño que provoca que me esté respirando por los talones todo el día. Milan tampoco la tolera y eso que mi prometido suele ser el sociable.

Creo que solo me lleva cinco o seis años, no me interesa. Por mí, que resuelva sus cosas con mi mamá y me deje en paz, si no quiere que casualmente riegue alguna información de ella.

—¿Estás dormida?—Escucho a Milan—Ya despedí a Malia, solo quería saber que tan cierto era lo del colegio.

—¿Por qué me cuentas algo que no me importa? Mejor hazme cariños en la cabeza a ver si logro descansar de aquí a que lleguemos—Obedeciéndome empieza a peinar mi lacia cabellera y mi hombro desnudo.

SIMPLE...Siempre seré yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora