•20• (último)

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Tipo de narrador: omnisciente.

Samsara volvió a mirar el correo que mostraba el resultado sin un ápice de sorpresa, pero si con uno de emoción. Estaba viviendo cosas que en algún momento quería pero que no planificó y eso la hacía estar siempre a la expectativa.

Eso era lo que más le gustaba de Ian, lo impredecible que podía ser su relación, en algún momento podrían estar follando como conejos, otro en plan romántico, otro apoyándose para superar problemas y en otros diseñando y hablando de física aeroespacial o psicología neurológica.

Funcionaban bien y por eso aceptó el compromiso, de nada servía buscar por años a otra persona si ya había conseguido a la indicada y si eventualmente llegaba alguien que la hiciera cambiar de opinión, ya ella vería cómo solucionarlo en ese entonces. Samsara Daisha no se quema el cerebro por posibles futuros alternativos porque es algo incierto, ella sabe que no puede controlar a quien conocerá en un futuro y como su cuerpo reaccionará a ello, si es que pasa. Pero si puede decidir casarse con el hombre que ama ahora

Samsara.
Tengo que hablar contigo.

Mío.
Hola, Sam, es Blue.
Cora Bex está emocionada en demasía por el día de hoy y mandó a que no usáramos los teléfonos. ¿Todo bien? Si tienes dudas sobre la boda, me avisas, no quiero que Ian V pase dos veces por lo mismo.

Samsara. 
No seas ridícula.

Por supuesto que no cancelaría una boda que ella misma mandó a organizar. Su próximo esposo le habría preguntado que si ella se encargaría, por eso de que puede con todo, pero recordó que no tendría damas de honor y quería hacer que sus personas más allegadas se sintieran así sea un poco partícipes. Su mamá, Blue y Pax se encargaron de todo a excepción del vestido.

Por eso es que el día anterior, mientras los camarógrafos preparaban sus mejores electrodomésticos, las revistas peleaban para ver quien tenía la primicia y le gente viajaba de todo el mundo, Ian y Samsara solo parecían dos animales en celo buscando a ver quien dejaba agotado al otro primero.

Esa vez ganó Ian.

Ciertamente era la boda del año, no había persona que no comentara sobre la unión de dos grandes titanes. Hombres lloraban por perder la oportunidad con Samsara, o hasta con Ian, las mujeres eran lo mismo. Inclusive, Claudius viajó desde Ther Island para el evento, y eso que no hay persona que logre mover a ese hombre de su Isla después de que la desinfectó, a él le daba asco sentarse donde probablemente su nieto había reventado a Samsara incontables veces.

Samsara dejó el teléfono reposado sobre su pierna desnuda y este no tardó en mostrar el número de Ian. No era un hombre rencoroso y sabía que Samsara no era Gen y tampoco Alize. De hecho, Ian estaba seguro de la mujer que había escogido porque eso había hecho. No era una mujer que había puesto en su vida por inercia o que su casi padre le hubiera obligado a contraer nupcias, él sabía que era Samsara porque lo decidió.

Pero se le permitía desconfiar, era normal.

—¿Mía?—Poco después de que Samsara Daisha aceptara su propuesta, surgió ese apodo porque ya no había dudas, serían de ellos por siempre—¿Todo bien, Samsara?

—Relájate—Fue lo único que dijo ella mientras subía la cabeza y se encontraba con su rostro en el espejo.

Estaba hermosa.

SIMPLE...Siempre seré yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora