•7•

200 14 0
                                    

«—¿Por qué me estás haciendo esto? ¿Acaso te importo?

—Pero no de la manera en la que tú quisieras—»

Amo mi casa. Juro que si.

Una de las pocas cosas que siempre he pedido, es que cuando pueda pagarme un hogar, se sienta como uno.

De pequeña viví en un precioso pent house, después en casa de mis abuelitos, para mudarnos a este palacio. Quizás no es la más grande, porque la de Celine y Danilo sigue pareciendo una ciudad a comparación a la de nosotros que es como una Isla.

Sin embargo, adoro lo que mi papá hizo con el terreno. Es estilo mediterraneo pero lo que más me gusta es la decoración interna, en la que influyó Elijah con su obsesión y conocimiento por el arte.

—¿Te agarro ocupada, nieta?—Es lo que dice mi abuela al descolgar.

—Estoy quemando todo lo que consumí en Hawaii.

Todos creen que yo hago dieta cuando es solamente mi estilo de vida. De pequeña reaccioné de mala forma a algunos alimentos como maíz, azúcar y otros. Antes era algo pasable, quizá unas ronchas y problemas respiratorios pero ahora es que puedo morir en exactamente un minuto porque parece que mis vías dejan de pasar sangre, por lo tanto mi corazón se ahoga y el mundo empieza a perderse de tanta perfección. Por ello es que me alimento de vegetales principalmente.

Sería triste.

¿Una vida sin Samsara Daisha?

¿Quién en su sano juicio está preparado para tal?

El mundo es mejor gracias a mí.

—¿Te llamo después?—El acento de mi abuela es un tanto hipnotizante, es como británico con italiano y francés. Si eso lo unes con su dulce vocecita, crees que es algo editado y todo.

—No, porque no te contestaría. ¿Qué pasa, Celine?—La susodicha no es una mujer fría cuando se trata de su familia y por ello es que chocamos tanto. A mí no me importan los sentimientos de los demás, soy fría, calculadora y egoísta.

Con Danilo no es tanto el roce porque él está consciente de que si soy así, es para un mejor. Nadie puede hacerme daño, nadie puede acabar conmigo, no sin antes yo hacerlo con esa persona.

Puedo tener el mundo a mis píes, controlar a conveniencia.

Soy la única persona que conocerás, a la que ni siquiera el amor es capaz de doblegarla.

—¿Vas a querer ser la principal del desfile de verano? Prometo looks únicos, protagonismo, que te arreglaremos de manera privada y no con el resto de las modelos.

La razón por la que siempre acepto modelar para Barbette—Marca de mi abuela— es porque soy hermosa y simplemente la gente parece volverse loca con mi andar. A los quince hice el primero porque quería dinero para compararme un auto propio y la del mercadeo se dio cuenta de cuan buena soy.

—Te diría que si de primera mano, pero me han aceptado en una gran universidad y no sé si pueda llegar a interferir.

Puedo dividir mis tiempos y hacer los ensayos de admisión a la vez que estoy probándome atuendos pero no quiero dejar pasar esta gran oportunidad. Lo que conseguí fue producto propio, no por papá, no por mamá y no por abuelos. Yo sola logré ser aceptada donde solamente cinco personas del continente Europeo entraron, no puedo irme ahora a pasear.

Aunque tampoco dejaría morir a mi familia, no es mi forma de ser o algo digno de mi persona y no precisamente porque compartamos apellido, eso ni me importa, todo se trata de mantener la palabra.

SIMPLE...Siempre seré yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora