Chelsea
Una vez que terminamos todos de comer, nos pusimos a platicar.
Estabas hablando con alguien un minuto, y al otro estabas hablando con otra persona del mismo tema o de uno completamente distinto.
Yo hablaba con mi abuela sobre la universidad, cuando Courtney interrumpió.
—Chels, ¿me acompañas al baño? –me pidió.
—Claro.
Me levanté del asiento, tomé mi bolso y la acompañé.
— ¿Por qué las mujeres siempre van juntas al baño? –escuché a mi hermano decir.
La duda existencial de todo hombre, señoras.
Courtney y yo llegamos al baño y ella entró en un cubículo mientras yo retocaba mi brillo labial.
—Ahora que Thomas no está ¿sigues viviendo con Nathan? –preguntó al salir.
—Sí.
Ella abrió la llave del lavamanos, se puso jabón y comenzó a restregarlas en el agua.
—Oh, y… ¿hay algo o hubo algo en entre ustedes?
Yo la miré confundida, ¿de qué hablaba?
— ¿A qué te refieres?
— ¿Son pareja, novios, o cómo quieras llamarle?
Sentí un hueco en el estómago.
Courtney cerró la llave y rió.
—Oye, no me mires así. –dijo levantando las manos.
— ¡No! Claro que no, ¡por Dios! ¿Cómo mierda se te ocurre esa tontería? ¡Estás loca, completamente desquiciada! –reí.
Dios mío, yo parecía la loca aquí.
—Basta, cállate, pareces niña de kínder.
—Es que… -solté una risilla más- ¿de dónde sacas eso?
—Cuando le preguntaron por Kelsey.
La sonrisa en mi rostro se borró. ¿Ella se había dado cuenta también?
— ¿De qué hablas? –dije totalmente seria.
Necesitaba estar segura, necesitaba que otra persona me lo dijera.
—Creo que sabes de qué hablo exactamente, debido a tu expresión, pero te lo diré de todos modos. No es por su respuesta, es por la persona que miró y cómo lo hizo, y créeme, no fui la única que se dio cuenta, Omar lo hizo y me preguntó si ustedes tenían una relación amorosa.
—Sí, sé de qué hablas… pero no creo que sea algo de… eso. Tal vez él estaba pensando en algo o no sé. Es imposible, ¡por favor! ¿Cómo le voy a gustar? Es algo estúpido.
—Yo creo que es posible, además de que cuando estaba hablando con él, él te miraba de reojo. Me di cuenta, lo caché en la movida.
—Por Dios, no puedo gustarle, ¡solo tengo cinco meses aquí! Y estamos hablando de Nathan, así que es aún más imposible. Nathan es… es el mejor amigo de mi hermano… es… es… Nathan.
Esta conversación no me estaba gustando para nada.
¡Quiero irme de aquí!
Courtney me tomó por los hombros y me sacudió un poco.
La miré a los ojos, asustada y confundida.
—Chelsea, solo bastan cinco minutos para que alguien te guste, si no es que menos; un mes es más que suficiente y el hecho de que Nathan sea el mejor amigo de tu hermano no tiene nada que ver.
Me soltó, al parecer, más relajada.
—Además, ustedes se conocen desde que tienes un año de vida.
—No vayas a salir con que le gusto desde que tengo un año, porque definitivamente sería lo más estúpido que podrías pensar.
—Claro que no, pero tal vez desde algunos años atrás. Él te molestaba mucho, te hacía todo tipo de bromas.
¿Qué tenía qué ver eso? ¡Todos los niños molestan a las niñas!
—Sé lo que piensas y estás equivocada, está comprobado que cuando un niño molesta mucho a una niña (o viceversa) es porque le gusta y quiere llamar su atención.
— ¿Por qué no nos vamos ya? Seguro piensan que algo de la comida te cayó mal ya que tardamos demasiado.
Ya no quería tener esta conversación.
—Ay, Chelsea; está bien, pero de esta conversación no te escapas, señorita.
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Sí, lo sé, tengo como un mes sin publicar nada y les vengo con este minúsculo capítulo, ¡pero ya tengo casi la mitad del siguiente escrito! Así que no tardaré tanto en subir el siguiente (espero).
Gracias por leer, criaturas de la vida ♥
Nos leemos luego(? ;)
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Let me hold you, let me love you.
Teen Fiction«Déjame abrazarte, déjame amarte» Créditos de portada: DreamGetaway. Obra registrada en Safe Creative ®