Dieciocho.

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Chelsea

Estábamos todos en el aeropuerto para despedir a mi hermano.

Thomas abrazó –y despidió– a mis tíos y sus hijas, a la familia de Nathan, a Nathan, a Courtney y su novio…

—Espero que pases una Feliz Navidad, hermano. –le deseé.

—Gracias, Chels, pero si no puedo pasarla con ustedes, no creo que sea una feliz Navidad.

Lo abracé con mucha fuerza y le di un gran beso en la mejilla.

Despedirme de él nunca es fácil.

—Te amo, Thomas. Nos vemos.

—Yo te amo más, hermanita.

Y, finalmente, se despidió de mi mamá.

Unos minutos después de que Thomas se fue, todos comenzaron a retirarse.

Al final solo quedamos mamá y yo.

—Nunca es fácil verlo partir. –dijo mi mamá, con la voz entrecortada por el ligero llanto que soltó al despedirnos de mi hermano.

La tomé de la mano para reconfortarla un poco.

—Lo sé, mamá.

Ambas dimos media vuelta, aun sin soltarnos de la mano, y nos dirigimos a la salida para ir al auto de ella.

Nathan se había encargado del auto de Thomas.

Subimos a su coche en silencio y partimos hacia su casa.

—Tengo miedo de que un día llegue y nos diga que ya está listo y debe ir a Afganistán o Irak o algún lugar donde haya guerra.

Mi corazón se encogió.

Yo también temo eso.

[…]

Estaba en la sala de estar viendo Dance Moms sin ponerle mucha atención, ya que el capítulo era repetido.

Nathan llegó y se sentó a mi lado. Yo voltee a mirarlo.

— ¿Qué? –le pregunto, para su sorpresa, no lo dije de mala manera.

— ¿Por qué no llamas a tus amigas y les dices que si vamos a algún club?

— ¿Hablas en serio?

—Sí.

—Pues no. Llámalas tú.

—Pero son tus amigas, y quiero que vayas también.

— ¿Y eso?

—Mira, un amigo mío está interesado en Cloe y me dijo que te dijera que fuéramos a un club para que él pudiera hacer su movida.

¿Su movida? Já.

—Bien.

— ¿Bien?

—Bien.

—Bien.

— ¡Sí, bien!

—Tienes una hora para convencerlas y alistarte y hacer lo que vayas a hacer.

Let me hold you, let me love you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora