Cinco.

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Chelsea

No tengo idea de cómo se las arreglaron todos (o casi todos) para verse bien, como si anoche no hubieran asistido a una gran fiesta y no hubieran tomado como si tuvieran semanas sin beber algo.

Yo, que no me fui tan tarde y no tomé nada de alcohol, me sentía muy tremendamente cansada y desanimada.

Caminando por los pasillos, las animadoras caminaban gritando y sacudiendo sus pompones por todos lados. Tengo que admitir, que un muy minúscula parte de ánimo vino a mí al escuchar sus porras graciosas.

Al llegar a mi clase de Fisiopatología, me senté en uno de los primeros asientos, junto a una chica afroamericana.

Había muy pocas personas en el aula (solo había una, además de la chica y yo) y faltan diez minutos para que comience la clase, así que decidí hacer una nueva amiga.

—Hola. –saludé a la chica con una sonrisa.

La chica sonrió ampliamente, dejando ver unos relucientes y perfectos dientes blancos detrás de sus gruesos labios. ¿Cómo hizo para tener dientes tan perfectos?

— ¡Hola! –me devolvió el saludo.

—Tienes una linda sonrisa. –le mencioné.

—Oh, muchas gracias. Tienes una linda nariz. –me devolvió el cumplido.

Automáticamente llevé una mano a mi nariz, y le sonreí a la chica.

—Gracias.

—Soy Cloe, ¿cuál es tu nombre? –me preguntó con su gran y brillante sonrisa.

—Chelsea.

Y justo en ese momento, entró un grupo de chicos y chicas y la profesora quien cerró la puerta de inmediato.

Nathan

Justo en el momento en el que entré, vi a Chelsea sentada con Evan, casi de inmediato sentí que mi estómago se contrajo. ¿Qué hacían Chelsea y Evan aquí, juntos?

— ¿Ya viste quiénes están aquí? –me preguntó mi novia.

Forcé una sonrisa y asentí.

— ¿Dónde nos sentamos? –le pregunté yo.

Kelsey caminó hasta una mesa (que estaba a dos mesas de donde estaban Chelsea y Evan) y yo la seguí.

Podía mirar perfectamente bien a Chelsea desde aquí.

Un mesero llegó, nos entregó el menú y preguntó por lo que queríamos beber.

—Una Coca-Cola, por favor. –pidió Kelsey.

—Hmm… una Sprite para mí.

—En un momento se las traeré.

El mesero se retiró y Kelsey cogió el menú y comenzó a verlo.

Yo me quedé mirando a la mesa de Chelsea. Sentí la necesidad de hacerlo, ya que es la hermana de mi mejor amigo… Ya saben, para cuidarla y eso.

Chelsea se rió y, al echar la cabeza hacia atrás, se dio cuenta de que yo también estaba aquí. Le sonreí y ella hizo lo mismo y volvió la mirada hacia Evan.

Let me hold you, let me love you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora