Capítulo 8: Partido

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Caminé a paso apurado procurando no llegar tarde. Iba con tiempo, pero todavía me faltaban un par de cuadras para estar en la casa de Jack. Entre pasos, sentí mi celular vibrar en mi bolsillo izquierdo y lo tomé para simplemente echar un vistazo a qué era.

Un texto de Jason, a quien ya había agendado, en el que escribía tan sólo: "Tengo información". Me alegraba que cada vez estábamos un paso más cerca de encontrar a mi padre, pero también me ponía muy nerviosa el pensar qué iba a hacer.

De todas maneras, ese tema era irrelevante ahora. Estaba fuera de la casa de Jackson, y si bien no había tocado timbre, no fue necesario.

Una mujer muy hermosa salió por la puerta principal, y en cuanto me vio la dejó abierta asumiendo que yo entraría. Tenía piernas largas, un bronceado llamativo, pelo castaño y perfectamente cuidado, una figura esbelta y su sonrisa podía compararse con cualquier dentadura de un comercial de televisión. En ese momento asumí que era el supuesto "interés amoroso" de Jackson.

— ¿La dejo abierta? —me preguntó amablemente y yo asentí. Agradecí internamente estar vestida decente, porque de otra manera no hubiese habido chance de que me dejara pasar sin preguntarme quién era. Seguro asumía que era la compañera de trabajo de Jack.

—Gracias. —dije mientras pasaba a su lado. A pesar de que tenía una expresión alegre pude descifrar que algo no estaba del todo bien. No quería precipitarme, pero en el ambiente se sentía una tensión de discusión, aún cuando ella no lo demostraba. Además, el hecho de que me dejara pasar sin consultarle a Jackson dejaba al descubierto que no tenía muchas ganas de dirigirle la palabra sin sentido.

Ni bien entré, el mismísimo Jack apareció para recibirme y me hizo una seña para que lo siguiera.

—Hola, Sofía. Ven, la sala es por aquí. —me dijo muy amablemente, pero a través de su semblante pude corroborar lo que suponía. Aquí hubo una pelea.

Lo acompañé por donde me indicaba prestando extra atención a los alrededores. La casa era hermosa, perfectamente cuidada y ordenada, con muebles modernos y ambientes muy amplios. Debo decir, se asimilaba bastante al estilo del mismo Jack.

Llegamos a una sala con una mesa grande y unas cuantas sillas alrededor, ideal para un ámbito de trabajo. Él me ofreció sentarme y yo así lo hice, dejando mis cosas a un lado y tomando las carpetas que correspondían al trabajo que íbamos a hacer.

— ¿Cómo estás? —pregunté, sabiendo claramente que no se encontraba de maravilla, pero aún así ocultando la verdadera curiosidad de la pregunta fingiendo ser educada. Él intentaba esconderlo, pero tenía rabia dentro de sí, probablemente producto de un debate reciente, asumí que con la mujer que se acababa de ir.

Un suspiro que intentó ser disimulado salió de sus pulmones, pero yo era bastante buena con el lenguaje corporal. Estaba exhausto, eso seguro.

—Fue un día un poco largo, pero estoy al cien por ciento para continuar con el trabajo, no te preocupes. —aseguró tomando los papeles que le ofrecí para mirar los gráficos.

— ¿Seguro? Podemos posponerla si deseas.

—No. Gracias, pero no es necesario. No te preocupes.

Dicho esto, abrí una de las carpetas que tenía en frente y señalé los documentos que debían estar completados para hoy. Obviamente no lo había hecho sola, sino con mucha ayuda profesional respaldada por Dominic.

—Los números que reflejan el costo se encuentran en el extremo izquierdo. —Me acerqué un poco más a él y apunté justo donde estaban las cifras: —Ahí.

—Hiciste un trabajo impresionante a pesar del poco tiempo.  —mencionó algo impresionado.

La verdad el crédito no era totalmente mío, pero quienes realizaron su parte tuvieron su compensación y por lo tanto su reconocimiento.

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