➵ ; 0.61

570 60 13
                                    

Pov Taehyung

-¡Hoseokie! Vamos duermes demasiado... - murmure cerca de su oído tratando de poder despertarlo, gruñó ligeramente y se dio la vuelta acurrucándose de nuevo. Suspire con una sonrisa entre mis labios y volví a acercarme a su lado. - ¿Te agote demasiado anoche? - canturree con una sonrisa traviesa, pude ver sus orejas enrojecer y como se daba vuelta con sus ojos adormilados a verme con sus mejillas encendidas.

-¡Taehyung! Sabes que aún no puedo acostumbrarme a ese lado tuyo... - termino la oración con un pequeño bostezo, reí ligeramente y lo atraje a mis brazos acariciando su cabello.

-Vamos, eres una bestia en la cama y después actúas así, eres realmente encantador. - musite mirándolo mientras se acurrucaba junto a mí para recibir más caricias de mi parte. - y te amo demasiado.

-Yo también Taehyungie... - musito adormilado y me miro para depositar un ligero beso en la comisura de mis labios.

-Mientras tratas de despertar iré a prepararte algo ¿si? Además también me muero de hambre. - le sonreí y lo arrope para levantarme de la cómoda cama que compartíamos, la bata transparente negra que había ocupado anoche seguía en el suelo y como me daba pereza buscar cualquier cosa para ponerme encima opte por ello no sin antes ponerme mi ropa interior para avanzar lejos de la habitación y llegar a la amplia cocina.

Los espejos de la pared daban pie a mi reflejo, me detuve a observarme porque la verdad hacía demasiado no lo hacía. Era extraño contemplarme, sobretodo porque cada vez que me miraba al espejo recordaba todo aquello que había vivido, las marcas en la piel que nunca se cerrarían por completo y todas las manos que habían tocado cada parte de mi cuerpo por beneficio propio desde Yoongi hasta cualquier reo de la prisión.

-¿Nunca te iras verdad? - murmure mirándome con una sonrisa triste y bajando la cabeza sintiendo una lagrima caer por mi mejilla como ya era costumbre. La vida desde que Yoongi se apoderó de ella se había vuelto un infierno, me trató como un objeto sexual hasta el último día que estuve en sus manos, no sólo pasando por el sino que por cualquier hombre de poder que estuviera dispuesto a callar a cambio de una noche de placer.

No sentía alivio, algo me decía que no todo estaba bien.

La llegada de Hoseok a mi vida y esto que vivía ahora es la felicidad máxima, pero tengo una sensación extraña vagamente familiar. Es como si él siguiera aquí inmune de todo y regodeándose de sus victorias para joder al resto.

-¡Taehyungie! Olvida eso y ven acá conmigo por favor, no dejes a tu solcito acá tan solito. - la voz de Hobi me distrajo de mis pensamientos y sonreí inevitablemente sintiendo como mi corazón se aceleraba al instante. Vaya que estaba hecho un baboso por Hoseok y no me arrepentía ni por un segundo de serlo.

-¡Voy en un segundo con algo para ti, no debes quedarte sin comer! - sonreí y rápidamente prepare un desayuno simple y contundente para ambos que lleve con facilidad hacia nuestra habitación, Hoseok estaba sentado en la cama con un puchero en sus labios algo que cambió apenas entre e hice presencia.

-Taehyungie no era necesario... - me sonrió y me ayudo para sentarse a mi lado acariciando mi rostro. Sentía como me contemplaba y avergonzado lo miraba de vuelta para perderme en sus labios una y otra vez.

Quería vivir en este paraíso para siempre con Hobi, era mi mayor anhelo.

Estaba perdido en mis pensamientos hasta que sentí el toque a la puerta, miré por encima del hombro el lugar del que provenía el sonido por mero instinto y me encogí de hombros.

-Debe ser Changbin, suele venir a esta hora para asegurarse de que todo esté bien. - Hoseok se estiro y asintió.

-Se me había pasado que era una vez por semana y hoy es ese día ¿quieres que yo vaya? - me pregunto haciendo el ademán de levantarse de la cama, negué levemente y me levante con rapidez poniéndome algo más cómodo y abrigador.

Caught  ᴷᵒᵒᵏᵐᶦⁿ || Temporada Dos ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora