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Las caricias eran suaves, sus dedos de perdían por casualidad en las hebras teñidas de su cabello. Mil sensaciones lo invadían y lo abrumaban, el sentirse tan cómodo al lado de otra persona lo confundía ciertamente de una manera no menor, sobretodo cuando recordaba sus experiencias anteriores y más desastrosas una que otra.

Suspiro y contemplo el perfil ajeno y calmado, evitando los impulsos que lo llevaban a cometer locuras tratando de concentrarse en la belleza, la inocencia apasible ajena que lo contagiaba como nunca y que lo tenía vuelto un loco. Era injusto que la mirada se cansará cuando lo admiraba, todo se volvía una injusticia absoluta cuando se alejaba de él y le desconcertaba ese sentimiento que crecía cada día más.

No podía darse lujos de ese tipo.

- No estas hecho para eso. - murmuró sintiendo como el pecho ajeno bajaba y subía lentamente. - No estas hecho para amar Yoongi, estas hecho para poseer. - su semblante dio un cambio abrupto y una sonrisa desconcertante inundó su rostro mientras veía hacia el lado a un pelirrojo que conocía bien, con hematomas cubriendo su cuerpo inconsciente por el dolor. - Vas al mismo camino Jimin, si todo sale como quiero.

...

- ¡Reacciona! - la mujer a su lado lo removió bruscamente, él rubio la miró de vuelta y se safo violentamente de su agarre sacando los pensamientos del pasado de su mente de paso.

-Joder, ¿Qué mierda te crees Hyejoo? - la camioneta se abría paso por la tarde de un camino alternativo al lugar que tenían como destino, tenían que ser discretos si querían conseguir lo que deseaban.

- P-Perdón. - musito la joven y se separo del lado del mayor algo asustada, pero sabiendo disimular lo que realmente sentía como ya era costumbre.

- Deja de joder mierda, solo porque estés acostandote conmigo no te da derecho a nada ¿comprendes? - el rubio rodo sus ojos y miró hacia la ventanilla del auto irritado, reconocía de a poco el paisaje sabiendo que su destino cada vez estaba más a su alcance. Palpo su bolsillo derecho y encontró la cajetilla de cigarrillos satisfecho con una sonrisa apagada en su lúgubre rostro, el humo no tardo en inundar la parte trasera de la camioneta que los transportaba. - ¿Cuánto falta?

-Estamos a unos pocos kilómetros, tras doblar en este sendero llegaremos a el lugar jefe. - el hombre que manejaba dio una respuesta pronta al contrario que asintió complacido, la sonrisa macabra de sus labios se profundizaba con el pasar de cada kilómetro. Los cigarrillos de la cajetilla se acababan en los labios del mayor como si de agua se tratara, la ansiedad lo desesperaba como nunca y lo disimulaba con un perturbador e inconfundible semblante.

La camioneta freno frente a una bodega aparentemente abandonada, pero bien resguardada por varios hombres armados. Se notaba que la infraestructura había sido modificada hace poco, siendo algunos huecos del lugar tapados eficazmente aunque de manera notoria debido a las evidentes diferencias.

-Todo en orden jefe, puede bajar. - Hyejoo había bajado antes e inspeccionado el lugar con arma en mano para mirar al mayor que asintió y bajo caminando hacia la entrada del lugar, recibiendo las reverencias de los hombres para proceder a entrar al no tan abandonado lugar. Las paredes tenían notorios rasguños y sonrió al verlos, escuchaba quejidos desde una de las habitaciones y apresuró su paso de manera evidente sintiendo la excitación incrementar en su cuerpo.

Relamio sus labios y miró a los hombres que resguardaban la habitación.

-Llegaron hace menos de tres horas, jefe. - Yoongi asintió mientras los jóvenes se hacían a un lado para darle paso al mayor, las puertas se abrieron de par en par dando visibilidad al escenario magnífico a los ojos del retorcido rubio.

Caught  ᴷᵒᵒᵏᵐᶦⁿ || Temporada Dos ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora