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Flashback.
¿¿?? años atrás.

-¿No puedo hacerlo? - comentó la mujer desinteresada y miro al chico frente a él mientras fumaba un cigarrillo. - tú lo sugeriste en primer lugar.

-No pretendía que lo tomaras en serio Haneul. Estaba medio drogado y alcoholizado. - mascullo irritado el chico de apenas veinte años. - si no quieres criarlo podrías...

-¿Abortarlo? - la mujer rio y negó. - ya es muy tarde para eso, me enteré demasiado tarde. De lo contrario lo hubiera hecho.

-Es nuestro hijo Haneul, y... - el chico parecía querer evitar a toda costa que los planes de la chica para su futuro hijo.

-Suenas como un verdadero hipócrita, Jeon. - la mujer sonrió con cinismo. - no somos nada. Nuestra situación económica es una mierda y no voy a asumir toda la responsabilidad y sinceramente, no creo que tú lo hagas.

-¿Entonces venderlo es la mejor opción? - la chica de piel asintió. - ¿ni siquiera un orfanato? ¿Alguna familia?

-No ganamos nada. Si voy a tener a este mocoso nueve meses en mi vientre, quiero algo a cambio al menos. - el chico bufo y dio media vuelta para retirarse. No podía creer la frialdad con la que trataba al futuro bebé que crecía en su interior.

Claramente respetaba que no lo quisiera, no era su obligación criarlo ni mucho menos, pero ¿venderlo? Eso era lo que lo desconcertaba y lo dejaba realmente helado, pero no sabía que otra opción dar.

-No quiero nada de lo que te den los Sung. Vendré a verte y yo llevare al bebé cuando nazca, cuidate. - cerró de un portazo y avanzo por las sucias calles de Busan. Rebusco en sus bolsillos y encontró el paquete de cigarrillos.

No quería dinero así de sucio. Si, se había manchado las manos de sangre porque después de todo Sung era su jefe, pero era incapaz de recibir un solo peso de la venta de su propio hijo. Era inhumano, aunque igualmente lo iba a permitir, no recibir nada de dinero no lo hacía mejor persona.

Doblo en la esquina de la calle en la que vivía Haneul y avanzo contando los pasos por el aburrimiento, en un intento de despejar su mente. Paro apruptamente y se giro para encontrarse con la entrada a lo que parecía un simple almacén de barrio.

-Hola Chaerin. - la chica tras el mostrador le sonrió con amabilidad al chico. Después de todo aunque fuera su ex pareja le guardaba un cariño especial. - ¿Sabes si esta?

-Estas de suerte, llego hace poco. - la chica abrió la puerta que daba a la residencia que estaba escondida. - anda.

El muchacho se adentro en lo que era la residencia central de los Sung, que claro tenían su mánsion y demás, pero este lugar era el principal para sus negocios en el bajo mundo.

-¡Shin! - se giro al oír una voz conocida, era el Sung junior en persona. Lucía joven, de una edad parecida a la de el y era el próximo heredero de todo lo que su padre poseía. - ¿Qué te trae por acá? - le ofreció una amable sonrisa, tenían un aprecio mutuo el uno por el otro.

-Venía a hablar con tu padre, pero como eres el próximo en llevar el mando supongo que también podría hablarlo contigo. - Jeon tenía un nudo en la garganta, no sabía cómo reaccionaria el joven frente a él.

-Acompañame. - Shin siguió los pasos del más alto, pasaban por pasillos y habitaciones hasta llegar a un despacho amueblado ostentosamente. - entra. - se sento en una de las sillas frente al escritorio. - ¿Qué sucede? Estas más raro de lo normal.

-Voy a ser padre. - la palabra le sonaba muy lejana, demasiado. - y bueno, la chica con la que estuve y yo decidimos algo. - bajo su mirada. - queremos venderlo.

Caught  ᴷᵒᵒᵏᵐᶦⁿ || Temporada Dos ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora