Caught ᴷᵒᵒᵏᵐᶦⁿ || Temporada Dos ♡

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-Tengo una corazonada Jungkook. - musito Seokjin mientras tomaba el arma que el contrario le ofrecía para guardarla en su bolsillo derecho, asegurando la carga de esta.

-¿Sobre qué? - el pelinegro lo miro de reojo confundido. - ¿La misión o de que se trata?

-Recuerdas bueno que Yerim... - el semblante de Seokjin amenazó con quebrarse, soltó un largo suspiro para retomar sus palabras. - Han intentado engañarnos estos meses, con cuerpos de mujeres muertas repartidos por toda la ciudad desde que supimos que estaba en la mansión encerrada, desde la última vez que escuché su voz y supe que estaba embarazada.

-Si y realmente lamento no haber llegado a nada concreto, Seokjin. - murmuró Jungkook apenado por la situación mientras dirigía al mundo tiempo a los hombres que le preguntaban que armas llevar o en que escuadrón les tocaba posicionarse. - Nunca supimos que paso e inclusive tuve a algunos infiltrados que para nuestra maldita suerte, sirvieron menos de lo que esperábamos.

-No, no es eso no quiero que te disculpes. - el castaño le resto importancia y miro a Jungkook que lo observaba confundido. - Yoongi todavía tiene un asunto pendiente que lo ata de una u otra manera a esta ciudad, aunque pueda eliminar a Yerim de un momento para otro no lo haría discretamente, y menos ahora que sabemos que esta vivo.

-¿Cuál es tu punto Seok? - musito intrigado el más alto, el castaño suspiro.

-No creo que los chicos estén en el lugar que les dijo su informante, aunque sea una locura me atrevería a decir que están en la mansion. - los ojos de Seokjin destellaban de determinación, una que dejo cohibido al pelinegro que medito sus palabras por varios minutos dándole vueltas a la situación y si era posible. - Solo piénsalo, sabemos que no se ha encargado de Yeri.

-Tiene sentido, pero no puedo descuidar la otra pista que tengo... - apenas estaba terminando de hablar cuando el teléfono que le habían prestado a Seokjin (aquel que todos compartían) sonó acallando las palabras del menor. La mano temblorosa del pelinegro tomó el celular y contestó apresuradamente.

-¿Si? - se podía escuchar por el auricular una voz agitada, pero a la misma vez agotada y lúgubre.

-No me conoces ni yo te conozco, pero a quienes buscan no están donde creen. - la voz le resultaba familiar pero al mismo tiempo desconocida a ambos. - la mansion es su objetivo.

-¿Cómo puedo creerte? - la voz del otro lado soltó una pequeña risita desganada ante la interrogativa.

-Porque yo deje de creer. - el pitido de la llamada finalizada resonó en las cuatro paredes de la bodega norte, la que estaba más cerca a los sectores de operación de los Min. Jungkook miraba confundido y más abrumado que antes el teléfono en sus manos.

- Traición. - musito Jungkook dudativo y miro a Seokjin que lo miro de vuelta. - Debe ser una traición, pero ¿cómo?

-Yoongi es un ser traicionable, pero no pensé que en estas instancias ¿acaso este fallo es otra de sus trampas? - él castaño medito mientras que él pelinegro se revolvió el cabello frustrado.

-¡Por la mierda! Porque es tan difícil... - la voz de Jeon se quebró inevitablemente, sus hombres ya lo habían dejado solo y solo estaba Seokjin sorprendido a su lado, pocas veces podía ver aquella faceta sorpresiva del contrario.

-Jungkook, se que no tengo idea de como te sientas, pero por favor piensa con la cabeza fría. - él pelinegro con su respiración agitada miró de reojo al castaño poniéndole atención. - Se que has cargado con el peso de muchas vidas y ahora lidias con esto, pero piensa por un instante que si lo hacemos juntos podría funcionar y sería la última vez.