𝘓𝘦𝘫𝘰𝘴

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Nos quedamos dedicandonos sonrisas la una a la otra, hasta que empezamos a conducir de nuevo. La noche se acercaba y el cielo nos regalaba tonadas magentas y anaranjadas.

Ya eran las 9 p.m. manejaba Gwen...
Estábamos muy cansadas ya. En eso vemos las luces de un motel;
- Mildred, mira... ¿y si nos quedamos sólo a pasar la noche?. - dice Gwen con tono cansado.
- Sí, seguro, estamos cansadas y tenemos que organizarnos, nisiquiera se donde estamos ¿vos sabes?. - le digo consternada.
- No, por eso vamos a preguntar.
- imposible... Gwendolyn, no podemos preguntar, van a sospechar. - le digo levantando el tono.
- ¡Mildred! No seas paranoica, no nos va a pasar nada, y si pasa... tenemos suficiente gasolina para huir de nuevo. Tranquila amor, todo va a estar bien. - me dice agarrandome la mano.
- Bueno, esta bien... antes vivia paranoica, lo siento. - le sonrio y agacho la cabeza.
- no te preocupes amor.
- ¿me dijiste amor? Nunca lo haces. - le sonrío tiernamente.
- Si amor. - se ríe.

Luego salimos del auto sin nada, solo con dinero... golpeamos a la puerta y luego de un tiempo un hombre un tanto nervioso nos abrió; era joven, llevaba un traje sucio, una mirada algo perdida y le temblaban las manos. Con Gwen nos miramos.
- es solo una noche. - me susurra.
Yo asiento con la cabeza.
- Bien, ¿se van a quedar?. - pregunta el hombre.
- Si, eso supongo. - responde Gwen con tono decidido.
- Bien, yo soy Norman. - agarra un cuaderno y nos lo alcanza junto a una pluma. - Les pido que por favor ambas firmen acá.
Lo hicimos y elegimos la habitacion número 2.
- eso fue rápido. - me dice Gwen riendo.
- Sí lo se, aunque siento que hay algo con ese hombre. - le digo mirando el suelo.
- Si, yo tambien. Es solo una noche, tranquila que no nos pasará nada.

Agarramos las maletas y nos dirigimos a la habitación.
Al abrirla nos encontramos con un gran bola de olor a encierro y a humedad.
- suerte que es solo una noche. - Dice Gwen mirandome apenada.
- Tranquila, eh estado en lugares peores. - le digo tranquilizandola.
Empezamos a acomodar las maletas y a sacar lo necesario de ellas.
- perdón que te haya traido a esto. - me dice Gwen agachando la cabeza.
- No, no pidas perdón porque sabes bien que esto no es tu culpa, tranquila... además, esto no está tan mal Gwen... pensemos en el futuro.
- si, tenes razón.
Me le acerco y le acaricio el rostro.
- Me voy a ver como anda el baño.

Nos reimos y me dirijo al baño, se veía bastante bien.
Me acerco a la maleta a buscar ropa.
- se ve bien el baño, me voy a asear. - le digo.
- que bien, luego sigo yo. - me dice con un guiño de ojo.
Volví al baño, abrí las canilas y llené la bañera, me quité la ropa y me metí en el agua caliente.
Me dejé relajar y las lágrimas no tardaron en brotar de mis ojos, tenía que desahogarme así que lloré con sentimiento.

Al terminar me sequé y me puse mi camisón.
- Hola, volviste. - me dice Gwen bostezando. - ven.
Me estira la mano y yo me siento a su lado. Luego me muestra el mapa
- entonces... ¿por donde estamos?.
- estamos por Tamaulipas, no queda mucho, tal vez creo que si vamos despacio, en una noche más llegamos. - me dice sonriendo.
- Me alegro, al fin algo sale bien. - le digo apoyando mi cabeza en su hombro.
- si, por suerte... ahora me voy a asear yo, ya vuelvo.
Asiento con la cabeza y me pongo a observar la habitacion, tenia una alfombra bordó algo sucia en el piso, las paredes se encontraban con un empapelado de flores amarillas y rosas, tenía manchas de humedad y estaba suelto en algunas puntas. Era una habitación pequeña con 2 camas a los lados y una pequeña mesa en medio, dentro de la misma habitación se encontraba un cuadrado: el baño.

Me acosté en una de las camas y empecé a comer un durazno de los que habíamos podido agarrar de nuestra casa y cuando quise acordarme Gwen ya estaba fuera.
- ¿queres comer o dormir?. - le pregunto.
- supongo que dormir.
Asiento mientras me termino el durazno y luego apago las luces.
Estabamos en camas separadas y eso no me gustaba, pero Gwen estaba cansada así que decidí no molestarla.
Al cabo de 5 mins escucho...
- Mildred ¿seguis despierta? - entre susurros.
- si, ¿querés que duerma en tu cama? - le respondí sin darle tiempo a que preguntase.
- si, veni.
Salgo de mi cama y me acurruco a su lado.
Nos dormimos abrazadas.

Por la madrugada, supongo que era la madrugada ya que todavía no había luz del sol; escuché un ruido y ahi lo vi, ese hombre... Norman, nos estaba observando por la ventana.

Nuestro Propósito (Mildolyn)✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora