"Cosas como el propósito de la vida, destino, amor verdadero, felicidad eterna y esas cosas estúpidas, nunca me pasaron por la cabeza. Yo vivía encerrada metiéndome en problemas constantes sobre todo con los hombres. ¿Porqué? Simplemente porque los hombres era unos detestables. A pesar de haber salido con chicos, NUNCA, me había enamorado. Desde hace un año al único chico que siempre tenía presente en mi cabeza era, al parecer, un amigo de la infancia. Ni siquiera podía recordar su nombre o su rostro, pero muy constante soñaba con él, tenía curiosidad sobre que había sido de aquel niño"