«La vida está llena de giros y sorpresas inexplicables» Tras mudarse en espera de apartarse de todo lo que alguna vez vivió, Thomas no se encuentra del todo confiado al respecto, pues tener que comenzar de cero en una nueva ciudad es algo que lo asusta notablemente. Sin embargo, en su primer día de escuela, las cosas parecen dar un considerable giro luego de que un acto de amabilidad por parte de Alexander, uno de sus compañeros de clase, le ayuda a superar su ataque de nervios; forjando inevitablemente un curioso vínculo. Demostrándole así que, en la oscuridad de un mundo dominado por personas y situaciones terribles, igualmente es posible encontrar rayos de luz repletos de bondad que (aunque fuesen pocos en perspectiva) se encargan de volverlo un lugar mucho más agradable.