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Como cuando el chico que odias va a recogerte a tu instituto. Trágame tierra.

~❜•❛•❜~

G i g i.

*inserta suspiro*

Modo: drama.

Era una mañana lluviosa... no, no, ¡ni siquiera había lluvia!

Lunes.

Aborrezco los lunes. Es ley en esta vida que todos odiemos tal día, porque hay que ser sinceros... pareciera que fueran los días más largos de las semanas y odio los días largos. Me levanté temprano, preparé café, hice tostadas, desayuné. Mamá aún dormía cuando Melissa bajó a recoger sus donas congeladas, se veía espantosa. Ojeras marcadas, nariz respingada y roja, mofletes hinchados... había llorado. Y sé la razón; el jodido Joss. Ayer por la noche se había enterado del drama que ahora circulaba por las calles, se estaba muriendo por dentro. Cuando llegó a casa con nuestra madre, lo primero que hizo fue azotar la nevera, tomó un vaso y después fue por las reservas de ginebra que mamá guardaba y no se atrevía a abrir por muchos años, se metió a su cuarto y colocó música sad.

Ella era muy ridícula, sinceramente. Andaba, como ella misma lo nombró, despechada. Porque su "esposo" la estaba engañando. Mejor drama, imposible.

Por otro lado yo...

Me saqué un moco cuando puso la botella vacía de ginebra en la encimera de mármol. La miré austeramente.

—¡Gasto mi suelto en todos sus álbumes y conciertos y así me paga! —soltó decepcionada.

Asentí sin mirarla.

—Devastador —concuerdo, llevándome la taza de café a los labios.

Ella negó. Una gruesa lágrima resbaló por su mejilla.

Okey, mi hermana tenía un serio problema.

—No es para tanto, encontraras a alguien que si valga la pena —dije sin saber cómo tratarla.

Melissa era muy extraña.

Desvió sus ojos hacia mí, sorbió su nariz.

—Eres muy estúpida, en serio —Y aquí vamos de nuevo. ¡Let's do it!—. Todas se mueren por ser su Lover, Gigi. No tienes idea de la suerte que tiene esa chica, Joss es una minita de oro.

¡Y un saco de papas!

—¡Arriba ese ánimo de escuálida! —le vociferé—. Tal vez... esa chica no sea su Lover, puede ser una amiga, o su hermana. ¿No mencionaste que tiene una?

—Sí y tiene ocho años, tonta —Apoyó las manos en la encimera—. Y esta en Canadá, obviamente.

Rodeé los ojos.

—Yo ya me voy —avisé mirándola de soslayo—. Tengo que llegar temprano.

La hice a un lado.

—Gigi.

—¿Qué?

—Dile a las chicas que llegaré tarde —me pide—. Estaré en un funeral.

Entorné los ojos.

—No empieces...

—¡Quemaré dos fotografías de su cara como castigo!

Le eché un ojazo antes de tomar las llaves y cerrar la puerta detrás de mí. Melissa era muy inmadura, necesitaba sentar cabeza, pronto se irá a la universidad y lo único que hace es lloriquear por un presuntuoso. Necesita estacionarse, parar el carro.

Lover ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora