Lover ©

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¿Y si me coloco otra identidad? Si, seré Ramona Chicken.

~❜•❛•❜~

G i g i.

Veinte minutos antes de la tragedia.

Si, esa tragedia.

Si, gente. En donde se explota la noticia de que Joss Thorner tiene pareja.

Bueno, sí, ya entendieron.

Sigamos.

—Entonces, estas cien por ciento segura de que no sabe nada —replicó mi amigo quitando la película y cambiando los canales porque nuestro programa favorito iba a empezar.

Resoplé.

—¡Que sí, hombre! —afirmé—. Es más, apuesto a que ni se le cruza por la mente mi aspecto. Me olvidó, lo olvidé. ¿Y qué pasa si no me acuerdo?

—Nunca pasó —termina él.

Aplaudí, felicitándolo. Alex rodó los ojos.

Oh vamos, que a mi mejor amigo a veces había que explicárselo con mapas conceptuales.

—¿No le dijiste a Melissa?

Lo miré con una sonrisita nerviosa. Tomé de mi juguito.

Blanqueó los ojos.

Hashtag: tomando juguito de maldad.

Okey, respiremos.

—Claro que le dije —Entornó los ojos—. Llegué a casa y fue lo primero que hice.

—A ver... ¿cómo fue? —insistió, desconfiado.

Jodido, Alex. Sabe cuándo miento el muy idiota.

Ya le daré una estrellita como premio.

—Azoté la puerta, le halé los pies —Por lo menos eso no era mentira—. Y después le dije que su perra me iba a violar.

Concluí satisfecha. Porque en parte si era verdad. Es que, a ver, no me juzguen, tengo ese idealismo de que si un hombre te rapta es para... ¡pues para eso! Además, el muy cobarde dijo que me había cogido... no literal, pero si se me escapó el alma cuando lo comentó. Y es que, que sensación tan extraña tuve cuando lo dijo así, como si fuera nada. Debí golpearlo más duro y dejarlo inconsciente y...

—Estás loca —Me sacó de mis pensamientos mi amigo—. Cuando te dije ayer en la mañana que si te secuestraban y que no iba a pagar el rescate; oye, no lo decía de forma literal.

—Yo tampoco decía de forma literal lo de mi teléfono —agregué—. Pero como ves el mundo conspira contra mí.

—Es que tienes lengua de sapo —me hace saber.

Fruncí el ceño.

—¿Lengua de sable? —Oí mal.

Necesitaba ir a un otorrino.

—No seas estúpida —regaña Alex divertido—. De sapo, tonta.

Lo empujé con mi mano en el hombro.

—No me digas tonta —refuté—. Además, qué es eso de lengua de sapo.

—¿Nunca lo has escuchado?

—Nadie lo dice.

Desvió la mirada, pensando.

—Espera, creo así no era el termino, je —pronunció—. Como sea, sabes lo que quiero decir.