Lover ©

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No les pasa que... *lanzarle un puñetazo a Gigi por ser tan ingenua*

¿No? Porque a la autora sí.

~❜•❛•❜~

G i g i.

Esperar a que transcurrieran las horas era lo más aburrido y mediocre del mundo. No solo perdías tiempo, sino que te sentías la cosa más inservible de la tierra. Como ese tenedor doblado que nadie usa. Como la almohada que no es tan esponjosa. Tienen su función, pero se quedan ahí porque nadie los toma en cuenta.

Yo y mis ejemplos raritos, ignórenme.

En estos momentos yo era la almohada y Alex un tenedor.

Hashtag: inservibles.

Estaba al borde. Mi punto límite era esperar veinte minutos más y si el profesor de matemáticas no se apresuraba con su evaluación, optaría por clavarme un cuchillo. Fácil, sencillo. Así acabo con el sufrimiento de la espera.

Literal, que me he pasado todos estos minutos viendo a Alex sonreír como un imbécil mientras lee sus cositas. No me estaba prestando atención. Porque, según él, estoy muy entretenida escuchando música.

Suelto un suspiro.

Nada.

Suelto un suspiro aún más sonoro que el anterior.

Nada.

Expulso un resoplido.

Está más patitieso que el pavo de mi mamá.

—Alex —lo llamo.

—Shhh —chista—. Voy en la parte más buena, no interrumpas.

Hijo de...

—Creo que tengo cuellitis.

Deja su lectura para verme con cara de: "pero qué dices puerca".

—¿Qué?

—Dicen que es mortal —sueno triste—. Me voy a morir.

Me da un codazo. Luego se dedica a reír fuertemente.

—No me digas... También te sugirieron comer chocolate.

Asentí. En acuerdo.

—¡Si! Y dijeron que solo mi mejor amigo puede comprarme chocolate —Entorna los ojos—. Que es más efectivo el tratamiento. Si. Eso.

—¿Quieres chocolate?

Una sonrisa se dibuja en mis labios. Después finjo lamento, pongo cara lamentable.

—No quiero molestar...

—No es molestia.

—Es que no quiero que gastes dinero...

—No importa.

—No quiero que pienses que es mentira...

—Es una enfermedad grave.

—Pero, no quiero ser una carga para ti...

—No lo serás.

—¡¿Y si muero joven?!

—Me encargaré de vestirte hermosa el día de tu entierro.

—Es probable que si me compras chocolate ahorita, tendrás que hacerlo todos los días.