Lover ©

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¡Yo solo quería las respuestas del examen!

~❜•❛•❜~

G i g i.

Resoplé ruidosamente mientras caminaba. De reojo vislumbré a Alex con las manos metidas en su chaqueta de mezclillas. Estaba serio, cosa rara en él. Aunque la atmosfera se sentía igual que siempre. Sin embargo, sabia de sobremanera que quería decirme algo. Sentía ese... peso invisible y sofocador.

—Ya, dímelo, escúpelo —lo incité.

Alex me hacía compañía hasta mi casa. Hace unos minutos que habíamos salido del depósito, íbamos a paso de tortuga. Incluso un niño de ocho años no sobrepasó con su madre. Y Alex siempre es muy activo, energético. El espíritu de un deportista.

Hizo una mueca.

—Nada... —musitó—. Solo...

—¿Solo...?

—Siento que todo está al revés.

Quité mis ojos de él. Busqué una goma y me até el cabello. Suspiré.

—¿Te me estas confesando? —bromeé—. Agh, ¡no hagas eso! Con Joss y Lee es suficiente.

Me tomó por los hombros.

—Ya quisieras, soy genial —Rodeé los ojos—. Contéstame algo.

—¿Qué?

—¿Qué harás con Lee? —preguntó—. No sé si lo sepas, pero se veía muy ilusionado. En serio. Creo que esta vez sí le afectó.

—No es para tanto —le resté importancia.

—No. No lo seria si Joss no fuera... resaltante.

Le di con el codo.

—¿A qué te refieres? No me vengas con charlas convencedoras —le avisé—. Porque tú y Lee son expertos. ¡Expertos, Bob, expertos!

Oprimió una risa.

—Para Lee nadie es competencia —empieza a decir—. Tiene prácticamente lo que todos necesitan a nuestra edad. Estabilidad económica, una reputación cuidadosa, buena apariencia. Ya subes, la típica lista de las típicas películas de Netflix.

No dije nada. Él continúo.

—Cree que podría tenerlo todo. Alcanzarlo todo. Porque se ha acostumbrado a esa perspectiva; conseguir las cosas con facilidad —explica—. A lo mejor creyó que sucedería lo mismo contigo. No digo que sea así, solo es una teoría.

Me detuve. Sintiendo un ardor en el estómago.

—Al punto.

—El punto es que al ver que Joss es tu Lover, no hay nadie con quién competir —dice—. Porque, en su cabeza, Joss es mejor que él.

Me llevé una mano a los labios, conmovida.

Modo: muda.

—¿Así piensan los hombres? —murmuré sin poder creérmelo.

Alex me pellizcó un moflete.

—Así pienso yo —corrigió.

Negué.

—Es absurdo. Los dos son... —No encontraba qué decir—. Los dos poseen cualidades diferentes. Son partes diferente, y ambas son aceptadas.

—Gigi, sigues sin entender —comenta—. Lee gusta de ti. ¿Cómo crees que se siente al darse cuenta que la chica que le gusta, le pertenece a alguien más? Y todavía peor, a alguien con un alcance impresionante. Esta jodido.