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Creo que Melissa se enfadaría si se enterase que metí a sus crush en su armario.

~❜•❛•❜~

G i g i.

Qué drama.

No podía creer todo lo que Lee había confesado. Pero, sin duda alguna lo que me dejó más atónita había sido el hecho de que probablemente sería padre. Eso, sí que no lo vi venir. Francamente no veía a Lee como padre, era... raro. Demasiado joven, demasiado futuro para él solo, y convertirse en papá es algo que cambiaría sus planes de una manera drástica. Sin tomar en cuenta el embrollo que le causará su madre una vez que se lo diga. Tampoco me tragaba todo el asunto de Ellie. Era muy decepcionante.

Y es que no tenía sentido. ¿Por qué Ellie lo engañaría si lo ha amado enfermizamente? Llegando al punto de la obsesión. Tal vez... ¿por el dinero de Lee? Pero... ¿tan ambiciosa era?

Y... ¿Por qué se lo decía a él después de tantos días?, ¿por qué no se lo dijo de una vez?

¿Qué tramas Ellie?

Tenía muchas dudas. No podía ni imaginarme cómo se estaría sintiendo ella en este momento. Devastada, seguramente.

Hace unos minutos que salí del instituto. Alex no me hizo compañía esta vez porque acompañó a Lee a no sé dónde, supongo que Lee necesitaba su compañía en estos momentos. Necesitaban hablar.

Por otro lado, no quise participar ni involucrarme. Alex lo entendió.

Llamé a Ellie, incluso, la busqué en clases, pero no se encontraba. Quizás se fue. Quizás no quería verle el rostro a Lee... o a mí.

Ahora entendía las insistencias de sus llamadas aquella vez que Joss armó el escándalo. Ella quería decírmelo a mí primero, y no estuve ahí. Me sentí mal. No debía pasar por eso sola, bien sabía que sus padres podrían tomar medidas drásticas, no eran los más comprensibles.

Temía por ella y por su salud.

A medida que caminaba a casa intenté en no pensar en ello. Solo quería ir a mi hogar y hacer mis deberes. Como bien decía Alex, no hay que meterse en asuntos personales. Tal vez en esta ocasión no debería intervenir y dejarlos resolver sus problemas. Sin embargo, eran mis amigos. Lo siguen siendo.

Debía pensar lo que haría.

Me detuve en seco cuando localicé a unos reporteros escondidos en una tienda de helados.

Aaaaaaaaaaaaaaaaaaah. No me jodan.

Maldije en mis adentros. Esto me estaba hastiando hasta tal punto de lanzarles una piedra en el ojo.

Siempre agresiva nunca inagresiva.

No quería pasar por ahí. Me colmarían de preguntas que no sabría contestar y... No.

Tomé un atajo. Un callejón.

Si, ya sé lo que me pasó la última vez, no me lo recuerden.

No era muy oscuro. De hecho la pepa de sol aún brillaba como diciéndome: aquí me tienes, estúpida. ¿Lista para quedar tostada?

Caminé lentamente, en serio no me sentía en mi mejor energía. Creo que se podía notar desde lejos. Estaba deprimida, ofuscada, abatida, decepcionada... Escuché un ruido por detrás. Giré rápidamente mi rostro, encontrándome con una lata de frijoles enlatados en el suelo, rodó hasta quedar cerca de un bote de basura enorme. Di un sobresalto cuando un gato emergió de una esquina, maullando como si le estorbara.

Lover ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora