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Y yo que pensé que la combinación más extraña era pizza con piña. Ahora me doy cuenta que es la de Joss, Alex y Lee.

~❜•❛•❜~

G i g i.

Ay.

Qué cosas, ¿no?

Quien diría que tendría que conocer a una de las personas que más me fastidia su existencia. Ser Lover de Joss fue como si me lanzaran un golpe en la cara, uno durísimo que me zamarreó hasta tumbarme en el suelo. Esto debía pasarle a Melissa, que cada vez que podía fantaseaba con este tipo de cosas. Esta loca, lo sabemos.

Necesita un loquero urgente.

Ya.

¡En serio, ya!

Pero mi conflicto más grande no es interactuar con Joss —aunque me genera un poco de disgusto— sino el cómo se lo tomaría mi hermana. Sé que suena como si todo dependiera de ella, pero lastimosamente así era. ¿Ya mencioné que me importa lo que Melissa piense? No me linchen, es mi hermana, pese a todo.

No hablamos demasiada aquella vez que se enteró. Me gritó, como siempre y simplemente se alejó, otra vez. Ya era costumbre, no sé por qué esperé algo más que esa actitud que ya conocía. Porque así es ella, le huye a la realidad. Ni siquiera platicamos con calma, lo único que alcancé a decirle es que nunca estaría con su amado porque lo odiaba, no, alto, corrección: lo odio.

Mi odio hacia Joss para algunos sería un tanto estúpido e inmaduro. Pero es que abarca tantos ámbitos en sí, todos en donde lo engloba Melissa. Es... complicado. Lo aborrecí sin saber de su existencia. Sin embargo, ahora... ¡ahora no sé qué zanahorias sentir! Si odio... o algo más que eso, ¿amor?, ¿se suponía que debía sentir eso? Pues no se siente de esa forma. Es jodidamente incómodo. Y más con él, que era alguien tan importante a nivel mundial. Alguien famoso.

Las cosas se dieron se forma extremadamente antinaturales. ¿Quién putas recoge a alguien de la calle?, ¿quién putas secuestra a alguien más? Joss debía de tener ciertos problemitas mentales.

En cuanto le dije a Alex que Melissa estaba decidida a dejarme calva si aceptaba el hilo que compartía con su "esposo", él solo envió un sticker. El mensaje que era algo así como: bueno, siempre puedes llamarte Gigi Pelona Larsson.

No tengo nada en contra de las pelonas, de hecho les quedaba muy cool a algunas. Pero era yo gente, y a mí no me queda bien ni siquiera un corsé sexy.

Toy rellenita, je.

Sonreí al recordar aquello. Jodido Alex. Cuando lo vea le cortaré los testículos por hacerme reír en un momento serio.

Y que serio...

—¿Qué? —pronuncia Joss—. ¿Ahora por qué sonríes? Otra paloma me cagó o qué.

Ups. Olvidé que Joss estaba ahí.

—Me vino un recuerdo. Uno en donde una vez dejé a alguien sin testículos. ¿Sabes por qué? —Negó—. Porque me estaban persiguiendo. Como alguien que conozco que lo estaba haciendo hace un instante —Meneé la mano, restándole importancia—, pero no diré quién eres.

Asintió, engullendo la información.

Se hacia el loco. Maldito.

—Y yo que creí que sonreías porque estabas conmigo —soltó. Me dio cosita, pero luego proporcionó otro comentario—. Quedé clown.

Lover ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora