don't tell mom 🗝️-minlix

Treinta y cuatro

Yuqi colocó el teléfono contra su oído, tembló un poco mientras oía como sonaba en el otro extremo. Era más de medianoche y ella estaba a un costado del fregadero en el cuarto de baño, la casa entera estaba oscura y silenciosa. Quizá esto era una mala idea. Tal vez debería colgar.

No pudo.

El teléfono sonó dos veces más antes de que una voz somnolienta atendiera.

-¿Hola?

-Ellos están en casa-dijo ella, incapaz de ocultar la rabia en su voz.-¿Lo sabías?

Yoongi aclaró su garganta.—¿Yuqi? Son, mierda... casi la una de la mañana. ¿De qué estás hablando?

-Nuestros hijos están en casa luego del debut-dijo. Ella se sostuvo contra el fregadero, mirando su rostro en el espejo.

-Mierda, ¿y qué quieres decir con eso?-contestó Yoongi.

Hubo un momento de silencio, sólo sus cansadas respiraciones sobre la línea.

-Tú no formas parte de sus vidas-le respondió Yuqi.

Yoongi suspiró audiblemente.-¿Cuál es tu punto?

-Si ellos lo arruinan será tú culpa.-Ella sintió las lágrimas acumularse en sus ojos.-Tuya.

-¿Cómo?-preguntó él.-Los vi por la televisión el otro día. Estaba disgustado. ¿Cómo dejas que se vean así?

Una punzada de dolor le atravesó por sus hijos y frunció el ceño.

-Yongbok y Minho. Ambos...

-¿Qué ha pasado?-preguntó Yoongi.-¿Se están drogando o algo?

Yuqi no sabía cómo decirlo. Sabía que debería, tenía que decírselo a alguien.-No, Yoongi, no sé qué hacer. Ellos-

-Tú no me dejaste estar en sus vidas-le interrumpió.-¿Y sabes qué? Ellos no me quieren en sus vidas. Nunca me dejarán, y después de todo lo que he hecho por ti. Apoyándolos para que luego de hacerlo lo lances a mi cara. Lo que ellos hacen no me interesa.

Yuqi se aferró al fregadero, sintiéndose mareada de ira.-¿Sabes qué? No importa-escupió ella.-Tú no mereces saber. Tú nunca has sido un padre, Yoongi.

No esperó respuesta, sólo colgó el teléfono y se dejó caer hasta el suelo, tratando de respirar. Ella no podía soportarlo. ¿Cómo podría?

¿Cómo podría decirle a alguien? ¿Cómo lidiaría con esto sola? La destrozaba, rompía su corazón.

Ella amaba a sus chicos sin importar qué, pero esto tenía que parar. Tenía que terminar. Era incorrecto.

Pero estaba tan asustada de decir algo, reconocer que era real. El sólo pensamiento hizo que se sintiera enferma.

Sus dos bebés, sus hermosos y talentosos hijos estaban...

-Incesto-dijo y se estremeció. Unas cuantas lágrimas se derramaron en el piso y ella se quedó mirándolo fijamente.