Cincuenta y cinco

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Los gemelos condujeron en silencio durante casi dos hora. Yongbok estaba enrollado en el asiento de pasajeros, mientras Minho conducía tenso, con los nudillos en blanco.

Habían pasado casi dos horas desde que habían dejado la casa, y la fiesta, y ambos se sentían vacios.

-Estaciónate-murmuró Yongbok.-Mareos.

-¿De verdad?-la voz de Minho se rompió, no había hablado hacía mucho. Echó un vistazo hacia Yongbok, que lucía realmente pálido.-Bien, espera.

Dejó la carretera y condujo hacia un área de descanso cubierta por la oscuridad. Por unos minutos permanecieron sentados, sin hablar, y mientras Yongbok abrazaba sus piernas, subió la manga de su chaqueta.

Minho se inclinó más y, con gentileza, lo besó.-Me gustas... Te amo, de verdad-dijo, mirando a los ojos de Yongbok.

Yongbok sonrió un poco y se acurrucó cerca de Minho.-¿Crees que mamá estará bien algún día con nosotros?

Minho no lo sabía, y eso, le asustaba.-Yongbok, yo...

-Lo sé-dijo Yongbok.-¿La veremos de nuevo?

Minho asintió.-Por supuesto que lo haremos.-No se hallaba seguro de si sus palabras eran ciertas, pero eso podría calmar a Yongbok. Sostuvo el brazo de su hermano hacia arriba y lo besó una vez más, dejando que su lengua lamiera los labios del contrario.-Sabes, realmente somos libres.

-¿Cómo?-preguntó Yongbok.

Minho succionó por sobre los tensos músculos de la muñeca de Yongbok, haciendo cosquillas en su palma, y luego calmando la sensación con los labios.

-Porque controlamos nuestra vida, ¿no? Salimos de la casa bajo nuestros propios términos. No tenemos que hacer nada que no queramos, y ya no estamos enjaulados.

-Pero nadie puede saber-dijo con tristeza Yongbok.

-Eso no importa-dijo Minho.-¿Por qué debería importarle eso a alguien más?

-Porque-dijo Yongbok, sin mirar a Minho.-Porque quiero ser capaz de contarle todo a mamá, quisiera sólo... ¡No lo sé!

-Yongbok...-las manos le sudaban y dejó caer el brazo de su hermano.-Sé que esto no es fácil, pero ¿alguna vez lo ha sido?

-Estar contigo es fácil-dijo Yongbok, con una sonrisa tonta formándose en su rostro. Fue de repente jalado hacia el asiento de Minho, tan cerca que estaba sobre el regazo de su gemelo.-Tú nunca has sido el problema-dijo contra los labios de Minho.-Tú nunca serás el problema.

Minho lo besó con cuidado, acunándolo en sus brazos.-No tenemos un problema, los demás sí. No me importa si está mal, porque, de todas formas, el mundo es una mierda, y ¿cómo podría esto dañar a alguien?-apretó a Yongbok con fuerza, lo sostuvo hasta que sus brazos dolieron.

-Mierda-suspiró Yongbok contra el cuello de Minho.-Estamos haciéndole daño a mamá. Nunca había pensado en eso antes.

-¿Por qué debería lastimar la?-preguntó Minho.-Yo te amo, ¿por qué eso es tan malo?

-No lo es-respondió Yongbok, exhalando profundamente contra Minho, todo su cuerpo estaba relajado al fin.-Eres la única persona que nunca me hizo daño, eres el único al que necesito.

-Dios, Yongbok, nunca me dejes-dijo Minho, abrazando ferozmente a su hermano, con amor desesperado.-Nunca.

-Nunca-repitió Yongbok, meciendo la cara de Minho, su antebrazo presionando contra la mejilla de su gemelo.

Minho besó el antebrazo de Yongbok.-Entonces somos libres, siempre que estemos juntos.

Yongbok rió y limpió una lágrima de la cara de Minho.-Últimamente te has estado convirtiendo en una niña conmigo-dijo.-Primero la canción y ahora esto.

-¡Hey! Esa canción no estaba tan de nena cuando estaba sobrio-se defendió.-¿No te gustó?

-La amé-dijo Yongbok.-De verdad. Tenemos que ponerle palabras, y colocarla en un disco.

-No lo sé-dijo Minho.-Era sólo para ti.

-Lo entiendo-dijo Yongbok, sus ojos brillando.

Minho lo besó con fuerza, acariciando la parte de atrás de su cuello y succionando su labio inferior con la boca. Minho gimió, retorciéndose en su asiento a medida que Yongbok se acercaba más y más. Se frotaron juntos lentamente, y cuando Yongbok se alejó, estaba sonriendo.

-Vamos a un hotel muy caro-dijo.-Camas jodidamente grandes y servicio a la habitación y...

-No podemos.

-Ya tenemos diecinueve-respondió Yongbok.-Podemos permitirnos cualquier mierda que queramos.

-Bueno-asintió Minho.-¿Cuál hotel?

-Ese que está en Jeju que tú amas, tú sabes. El que tiene la enorme bañera, desayunos y un muy buen kimchi-se inclinó de nuevo, estremeciéndose cuando el volante se clavó contra su parte posterior.-Mmm, podríamos ir por unos platillos realmente buenos.

Después de un último beso, Yongbok se deslizó de nuevo al asiento de pasajeros y Minho encendió el auto otra vez. Yongbok permaneció con la vista fija hacia fuera, mirando las luces de la ciudad y apoyándose contra el cristal.

-Yongbok-murmuró Minho.

-¿Hm?

-Siento haberme puesto un poco loco allí, pero cuando te golpeó...

Yongbok sacudió su cabeza.-De todas formas, no dolió, no de esa forma.

-Va a mejorar a partir de ahora.

-¿Lo hará?

Minho miró a Yongbok y frunció el ceño.-Si no es así, todavía te tengo, así que, ¿qué importa?

-Mmm-murmuró Yongbok, devolviéndole la mirada a su gemelo y sonriendo un poco.-Siempre me tienes.

Minho dirigió su atención de nuevo a la carretera y sintió la mano de Yongbok sobre un costado de su rostro y se inclinó sobre el toque, sintiéndose cálido y relajado.

Realmente, nunca habían tenido a nadie, salvo el uno al otro. Y mientras estuvieran en su propio y pequeño mundo, se encontrarían seguros. El mundo entero podría desaparecer; pero no importaba.

Eran ellos contra todos los demás, y por primera vez, ellos habían ganado.

Fin


Muchas gracias por vuestra lectura. Espero que os haya gustado y nos vemos en la próxima, xoxo

-Alex Lee

ig:@al_doublex

don't tell mom 🗝️-minlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora