Treinta y cinco

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Minho estaba sentado solo en la sala de estar, practicando con la guitarra. Intentaba elaborar algunas notas fuertes, tratando de perfeccionar algunos ritmos. Estaba realmente en ello, moviendo la cabeza y murmurando algunas palabras de una canción. Ni siquiera notó cuando su madre caminó hacia él.

-Minho-lo llamó Yuqi cruzando sus brazos, tensándose.-Minho.

Él alzó la vista inexpresivamente, todavía enfocado en su música.-¿Qué?

-Deja eso-respondió, mirando hacia la guitarra.-¿Dónde está tu hermano?

-Uh...-Minho acostó su guitarra sobre su regazo.-Con Jeongin, creo. De compras, tal vez.

Yuqi suspiró y se volteó para entrar a la cocina, pero algo le hizo volver a girarse y mirar fijamente a su hijo.-¿Qué pasa?—Preguntó Minho, irritado.—¿Estás bien?

—Estoy bien.—Frunció el ceño y comenzó a voltearse otra vez, pero se detuvo.—No. No, en realidad. Tengo que hablar contigo.

Minho soltó un ligero suspiro y apoyó su guitarra contra el sofá.-¿Qué ocurre?-preguntó casualmente.

Ella abrió la boca para decir algo pero permaneció mirándolo, imaginando lo que él podría estar haciéndole a Yongbok, lo que podría obligar a Yongbok a hacer. Se sintió enojada, tan furiosa, que comenzó a temblar.

-¿Mamá?-Minho se levantó y se le acercó, tocando su hombro.

Ella le alejó, negando rápidamente.-No, no. No-dijo firmemente, sin mirar a Minho.

Él trató de acercársele de nuevo, pero ella retrocedió.-¿Mamá?-nunca la había visto así y su corazón comenzó a acelerarse. Ella nunca le había rechazado antes. No de esa forma.

-Minho-dijo ella, estremeciéndose.-¿Qué estás haciendo?

-¿Qué?

Ella miró hacia otro lado y dijo.-¿Qué estás haciéndole a Yongbok?

Minho sintió como si le hubieran golpeado directamente en el estómago. ¿Qué era lo que quería decir? Ella no podía saber. Nadie sabía. Ellos se habían asegurado de ello.-No estoy haciendo nada. Que...

-¡Lo escuché ayer!-gritó. Su cara estaba completamente roja.-¡Los escuché!

-¿Escuchaste qué?-preguntó. Él lo sabía y su estómago se revolvió.

Yuqi negó con la cabeza furiosamente.-No me hagas decirlo, Minho.

Minho azotó su mano contra la parte posterior del sofá y maldijo.-Mierda, mierda, mierda-ahora él no podía verle a los ojos, pero ella le agarró su rostro y le obligó a mirarle. Sus uñas hundiéndose en sus mejillas y él jadeó por la agresividad de su madre.

-Mírame-le exigió Yuqi.

Las lágrimas comenzaron a caer de los ojos de Minho.-Mamá, lo siento. Yo... ¡Lo siento! ¡Lo siento!

-¿Cómo pudiste, Minho?-le dijo ella. Soltando su rostro pero sin retroceder.-Dime cómo pasó esto.

Él maldijo de nuevo.-No.

-¿Le hiciste daño? ¿Lo hiciste?

Minho apretó los puños y gritó.-¡Lo amo! ¡Nunca le haría daño!

-Yo sabía que esto estaba pasando, hace mucho que lo sabía. ¿Por qué no dije nada? Esto es mi culpa-Yuqi limpió sus ojos y Minho quiso consolarla, pero estaba aterrado.

-Mamá, no-dijo.-Tú no hiciste nada.

-No puedes hacer esto-le dijo Yuqi, impotente.-No puedes hacer esto, Minho. Está mal y es enfermo y... Tú no puedes hacer esto. No en mi casa, ni en ningún lugar. Pobre Yongbok, Minho. ¿Cómo puedes hacerle esto?

Minho se enderezó. En esos momentos él era más alto que su madre, pero ella le fulminó con la mirada, desafiándole.-Mamá, tú no tienes idea. No es lo que parece. Nada es como piensas, estás imaginando cosas. No le he hecho nada a Yongbok, Dios. ¡No hice nada!

-Minho.

-Nosotros no... No es lo que crees-él se sintió frenético, enojado y desesperado.

-¡Minho, lo escuché!-le gritó Yuqi, sus palabras golpeaban a Minho como un ladrillo contra su rostro.-Los oí, caminé por la casa y... ¡Los escuché!

Minho palideció y tropezó un poco al retroceder.-No, tú no lo hiciste, no es lo que crees.

-Lee Min Ho, deja de mentirme. Lo oí y sé exactamente qué escuché-le respondió abatida Yuqi.

-Mierda-el estómago de Minho se contraía de incomodidad.-Mierda, mierda. Mamá... Sólo fue... ¡Fue sólo una vez! Una vez, lo escuchaste la única vez.

-No te creo-fue la respuesta, su voz conmocionada.-No te creo, Minho, ya no más. No puedo. He sospechado esto por mucho tiempo.

Minho estaba perplejo. No podía discutir por eso, porque sabía que ambos entendían exactamente lo que estaba pasando.

-¿Qué vas a hacer?-fue lo único que Minho pudo decir. Se sintió derrotado, cansado. Ni siquiera podía estar avergonzado, estaba desesperado.

-¿Qué puedo hacer?-preguntó ella.

Las lágrimas cayeron por las mejillas de Minho y le tomó firmemente de los brazos.-Por favor, no le digas a Yongbok. No le preguntes nada acerca de esto. Prometo que no vamos a hacerlo en casa nunca más. Sólo no le digas a Yongbok. Nunca oirás una palabra sobre esto otra vez, lo juro. Será como si nunca hubiera ocurrido. Mamá. Por favor. Por favor, Dios, no le digas-las lágrimas caían de manera constante y sollozaba, sosteniéndose de su madre.

Yuqi no podía ayudarle. No importaba que tan molesta se encontrara, tenía que consolarlo. No le había visto llorar en años a pesar de que era su hijo. Envolvió sus brazos alrededor de él.

-Minho, está mal-dijo ella suavemente. Frotó su espalda y besó su cabeza.-Está tan mal. Él es tu hermano, tu hermano gemelo. Y ustedes están siempre en el ojo público. No estás sólo arruinando tu vida, sino también la de Yongbok y la de los chicos. Nuestra vida, Minho. No puedes querer esto.

Minho sólo lloró, enterrando su cara en el hombro de Yuqi.-No le digas a Yongbok. Solamente no le digas.

Yuqi suspiró y lo prometió, aunque sabía que era una promesa que no podría mantener.

don't tell mom 🗝️-minlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora