𝖈𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗 𝖊𝖑𝖊𝖛𝖊𝖓

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Cᴏᴍʙᴜsᴛɪᴏɴᴇs Esᴘᴏɴᴛᴀɴᴇᴀs

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La clase de Pociones fue un auténtico caos

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La clase de Pociones fue un auténtico caos. Slughorn casi no cabía en sí de lo hinchado que se había puesto al darse cuenta de que tenía en su aula al famoso Viktor Krum. Tom fue deprisa hacia su habitual sitio, llevando consigo a Hermione e ignorando las alabanzas al buscador.

-¿Estás bien, Tom?- susurró la chica notando su cambio de humor. El mago asintió. Lo único que le tranquilizaba era que Hermione todavía no había mirado con deseo al jugador de Quiddicht, ni en su entrada en el Comedor ni en la clase. Observó que Krum era uno de los que se levantaba a por los ingredientes de la poción explicada por Slughorn y le dijo a Hermione que él iría a por lo que necesitaran. La chica asintió y se puso a preparar mientras el caldero. No notó nada diferente en la cola que se formaba siempre en el armario con los ingredientes, ni la tensión en los alumnos que veían la negra mirada de Tom.

-Una poción impecable como siempre. Diez puntos para Gryffindor y Slytherin- anunció Slughorn pasando por su mesa poco después. Ambos chicos asintieron, una más feliz que el otro.

-¿Quieres que vayamos a nuestro cuarto?- susurró Hermione mirándole por debajo de las pestañas. Tom sintió su deseo crecer de golpe- ¿Allí me cuentas qué te preocupa?

No pudo evitar sonreír divertido. Tenía que haber adivinado que Hermione no le estaba proponiendo nada con segundas intenciones, aunque fueran unas muy placenteras.

-¿Qué opinas de Viktor Krum?- preguntó en su lugar.

-¿El jugador de Quiddicht?- Hermione se echó ligeramente hacia atrás para poder verle en el otro lado de la clase. Se encogió de hombros bajo la mirada atenta de Tom.

-Parece un alumno normal. Por lo que oigo le cuesta un poco el inglés- añadió. Una ola de comprensión bañó su rostro. Sus comisuras se elevaron- ¿Estás celoso?

Tom entrecerró la mirada, convirtiéndola la asesina que tanto temían los alumnos.

-¿Tendría que estarlo?

-No respondas con preguntas, Tom. Tú no lo soportas y yo tampoco- siguió con ese tono juguetón.

-Hermione...- advirtió.

-Tranquilo,- cortó una pequeña risa para que no les escuchara Slughorn- Ya sabes que yo sólo te quiero a ti, Tom Riddle.

El mago asintió como si hubiera dicho una verdad irrefutable. La chica sonrió interiormente, gritándose que dejara de sonrojarse por decir lo que sentía. Y se alegraba enormemente de que Tom mostrara que tenía sentimientos como cualquier otro mago. Se sentía ligeramente amenazado aunque él jamás lo admitiera y los celos eran una reacción natural a ello. Lo que iba a significar otra semana de sus constantes muestras de posesión hacia el resto, terminó cansada en su mente. Esas muestras la hacían sentirse especial, pero llegaban un punto que cansaban más que ayudaban. Ese punto Tom lo superó hacía unos días y como no se detuviera iba a explotar.

𝐔𝐍𝐀 𝐒𝐎𝐋𝐀 𝐄𝐏𝐎𝐂𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora