✨ Hey, qué tal, esto es un regalo de navidad de mí, para ustedes.
Éste capítulo en realidad es un sketch que escribí cuando me encontraba enferma; y se supone que formaría parte de la historia, pero por una que otra razón no concuerda con el hilo de la trama, así que estuve a punto de borrarlo, pero dije «hey, hay que dejar que alguien más lo mire».
Así que, este capítulo no oficial es para ustedes ¡FELIZ NAVIDAD! ✨
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Aquella noche temprano, Richard se estacionó fuera de la casa de Eddie, y al tocar fue recibido por el chico, quien extrañado, abrió la puerta a punto de reírse en la cara del otro.
—Richard… —comenzó por murmurar con burla en su tono de voz—, ¿qué te trae por aquí?
—Buenas noches para ti también, mi cielo —susurra con sarcasmo, regalándole un beso en la frente al más pequeño—. Un pajarito me contó que tu madre no estaría hoy.
Murmuró en voz baja, asomándose a la sala, por en caso de que estuviera totalmente equivocado. Eddie cerró la puerta en silencio y se encogió de hombros.
—Rich, no me avisaste que venías.
—A eso se le llaman sorpresas, pequeño Eds —el mencionado le miró con interrogación mientras cruzaba los brazos—. Stanley me lo dijo, y quería invitarte al auto cinema.
—¿Auto cinema?
—En las afueras de Derry abrieron un auto cinema por festividad, y creo —se acercó al pequeño asmático y tomó sus manos con delicadeza—, más bien; estoy seguro que te encantará.
Eddie se soltó con discreción de su agarre, se sentó en el sofá en el que había estado hace poco. Había aprovechado la tarde para leer unos cuantos libros pequeños.
—No lo sé Rich, mi madre llegará ésta noche, y si dices que es a las afueras de Derry, dudo que estemos de regreso en quince minutos.
—De eso se trata, Eddie cariño, disfrutar en el auto.
—Richard, mi madre se va a volver loca cuando vuelva y no esté —El más pálido le mencionó con un bufido «avísale que saldrás conmigo y ya». Eddie soltó una risa con ironía—, ¿que le diga que estoy contigo? En ese caso me va a matar, ¿Ya se te olvidó cómo se puso cuando se enteró de la fiesta a la que me llevaste?
Richie miró sus zapatos con vergüenza, le parecían bastante interesantes justo en aquel momento.
—¿Me escuchas Richie?
—Vamosssss, te juro que te regreso antes de que tu gorda madre recuerde que tiene un hijo tan guapo como tú.
El pequeño castaño miró el reloj, iban a dar las diez. Tenía la ligera sensación de que no se iba a arrepentir de seguir al más alto, pero también le invadía el miedo de que su madre se enterara por casualidad de que salió con Richard, con quien especialmente no se llevaba de maravilla.
