Pensamientos de Bungalow

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Jaemin POV
Presente...

La brisa era demasiado agradable, no daban ganas de entrar al bungalow. Sencillamente quería quedarme sobre la pequeña plataforma frontal de madera que se erguía con firmeza sobre los cimientos de troncos que eran golpeados por las olas cristalinas de las costas de... Oh ¿en serio creían que les diría dónde estaba, así de fácil?

Sólo sepan que estaba lejos, considerablemente.

Y de la misma forma en que la marea iba y venía, el recuerdo de una tarde en particular seguía ondeando en mi mente. Una tarde con un escenario bastante contrario, con nieve y hielo en vez de mar:

—... Jeno y los demás podrán arreglárselas sin nosotros un par de horas ¿no crees?

—¿Hablas de tu trabajo?

—Algo así, digamos que hay un "pequeño" inconveniente; o digamos, elemento, que me está volviendo loco —mentí (aunque aquello ocultaba algo muy sincero), buscaba el momento adecuado para analizar bien al pequeño chino que había volcado mi mundo de mala forma.

—Entonces... ¿qué harás ahora?

—Pasear —seguro lo espanté con mi comportamiento hace unos minutos, sin más lo arrastré a este sitio casi como si lo hubiese secuestrado. Caminábamos codo a codo de modo que aproveché para echarle una mirada de reojo. Su suéter blanco de cuello de tortuga hacía juego perfectamente con su abrigo marrón, su cuello sencillamente adornado con una discreta cadena dorada. Era como un pricipito de delgada y linda silueta.

Mierda, podría haber jurado que el salvaje latir de mi corazón podía llegar hasta sus oídos.

—Del 1 al 10 ¿qué tanto crees que me agradas? —obviamente me miró con cara rara. De pronto necesitaba saberlo.

—No lo sé... ¿un siete? —por poco suelto una irónica carcajada y no es que me divirtiera la respuesta, si tan sólo supiera que me estaba muriendo ahí mismo.

—Un diez ¿y cuánto te agrado yo a ti?

—¿Del 1 al 10? Un diez también.

—Ya veo —no me la creía. Algo me decía que la respuesta sería algo parecido, pero no podía tragármela ¿Cómo podía decir aquello cuando en verdad me detestaba tanto, me lastimaba tanto? Podía verlo en uno de los escenarios que mi insegura mente maquinaba jactándose de mi reacción feliz mientras se preguntaba cómo era tan estúpido al creer que en serio le agradaba. Si acaso algo le gustaba de mí, era mi novio. Pero no podía más que sentirme sonrojar ante sus dulces palabras.

—Es hermoso aquí ¿dices que nunca has traído a Jeno?

—Siempre he venido solo —no quise sonar decaído al contestar aquello, miles de veces había tratado de convencer a Jeno de venir y miles de veces me veía sutilmente rechazado. No era la gran cosa, lo sé, pero me sentía tan a gusto aquí. Quería compartir este lugar con alguien... Especial.

—Y me trajiste porque...

—Eres adorable —me dejé atontar por toda su vibra de chico bueno y es que era realmente tierno al hacer cualquier cosa. Era total perdición, era imposible que dejara de mirar sus ojos dulces, su sonrisa hermosa y la suma de todos sus rasgos que simplemente aumentaban el efecto que causaba en mí. Huang Renjun, cómo deseaba besarle.

Vagamos por el camino enladrillado bastante tiempo, más del que debería, menos del que quisiera. Y más me sentía embelesado por el chico castaño, por su historia, que de hecho estaba contándome con natural elocuencia.

—... Al final, creo que ha valido la pena todo. Dejar China, aprender un idioma extranjero. Aunque sea para tener una pizca de mi sueño entre mis manos por un momento.

—Sabes que no tiene que ser así, aún puedes quedarte, si quieres... —había algo de remordimiento en su mirada, no me hacía a la idea de perderlo cuando acababa de encontrarlo. Y yo sabía por qué se iba ¡Carajo! ¿Por qué no podía simplemente confrontarlo y aclarar las cosas?

—¡Sé lo que ocultas, lo que esconden Jeno y tú, lo sé desde el principio! ¡Y sí, estoy furioso como no tienes idea, pero no quiero que te vayas! —Renjun habría enfrentado la realidad, al igual que yo y tal vez todo se habría ido a la mierda, o no. Sin embargo nunca lo sabré, pues nada de eso salió de mi boca. Tan sólo se quedó atorado en mi diafragma.

—No, debe ser así, no tengo otra opción —¿era cierto? ¿Qué sucedería cuando se fuera? ¿Jeno volvería a ser el de antes? No lo creo, esa era de hecho la peor opción —Ojalá no tuviera que irme, jamás hubiera imaginado tener a tanta gente que me apoyara y quisiera como soy. Todos los chicos han sido tan buenos conmigo... Y a ti te voy a extrañar tanto.

Debí besarlo entonces, todo mi cuerpo me exigía que lo hiciera. Estaba tan cerca de él que de vez en cuando nuestras manos rozaba al andar, y con cada toque un choque eléctrico alborotaba mi sistema nervioso. Tan cerca.

—También voy a echarte de menos.

***


—No me sueltes —el pánico mezclado con emoción cual niño pequeño se reflejaba perfectamente en su rostro. Movía rápidamente sus pies como si eso fuera a darle más equilibrio sobre la superficie helada cuando eso en realidad lo hacía desestabilizarse más. Era precioso, su sonrisa más grande que nunca y su diminuta mano sosteniendo mi brazo para no caer. No se daba cuenta de nada, ni una vez me descubrió repasando sus facciones una y otra vez. Renjun sólo estaba divirtiéndose en el hielo.

—No me sueltes Nana, ni se te ocurra soltarme —entre una risa nerviosa repitió aquella mezcla entre ruego y amenaza. Intenté darle toda la estabilidad posible y finalmente sus pies cooperaron para mantenerse erguido sobre el hielo. Estaba fascinado, sonrió triunfal pero se apegó más a mí todavía temiendo perder el balance. Entrelacé su brazo con el mío disfrutando de la vista de su expresión llena de emoción. No tenía que pedirlo, jamás podría soltarlo...

En el fondo quería ser hallado. Por eso hice lo que hice.

Claro que, no había programado la vuelta aún, pues no tenía intención de volver. Sólo, necesitaba ser encontrado por una vez.

(Missing) Puzzle Piece | | NORENMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora