(Missing) Puzzle Piece | | NORENMIN

Lejos de aquí una última vez

El día anterior...

—¡¿Dónde diablos estás?! Me dejaste sólo y no sé cómo carajos piensas que iba a controlar una empresa sin ti —cuando por fin Nana atendió sus mensajes, había muchas notas de voz similares de nada menos que Lee Jeno, arqueé las cejas ante la voz alarmada del rubio. Me pregunto si habrá entrado en una crisis. Entramos al auto de nuevo, y está vez no temía por mi vida, de hecho.

—Hola, amor. Vine a pasear un rato con Renjun y luego fuimos a comer, ya vamos para allá. Besos —respondió con este simple audio sin pizca de culpa. Jeno se volvería loco, y eso por alguna razón me causaba gracia.

—¿No crees que eso fue un poco cruel? —le restó importancia encogiéndose de hombros. A veces no entendía esa clase de relación amor-odio.

—Estará bien, esto no es nada —podía imaginarlo.

***

—Puedo explicarlo —comencé a decir cuando vi que Jeno se dirigía a nosotros furioso apenas nos asomamos fuera del ascensor de regreso al trabajo.

—No, tú no te metas. Sé que el responsable es Jaemin —con sus palabras y su brazo me hizo totalmente a un lado, me dejó descolocado y molesto. Jaemin, en cambio, no respondió nada.

—No fui yo el de la idea, pero tengo voluntad propia. También pienso ¿sabías? —solté antes de pensarlo. Sentí cómo la atención del puñado personas que estaban alrededor se redirigía hacia nosotros en ese instante. De igual forma noté el nerviosismo que recorrió a Jeno momentáneamente, mientras que Jaemin sólo alzó una ceja levemente sorprendido.

—Ya lo sé, Renjun. Sólo déjame hablar con mi novio.

Ya estaba, finalmente se estaban aclarando las cosas. Habría sido estupendo gritarle ahí mismo, pero esa sería una escena sin sentido contando que yo no era una víctima, claramente.

—Jódete, Jeno —y no tuve más remedio que salir de ahí lo más rápido posible sintiendo ese ardor en mi interior que me hacía querer llorar de rabia.

Me aseguré de que no viniera Jeno tras de mí, abrí la puerta a la habitación vacía más cercana y terminé encerrado en el cuarto de limpieza. No tenía idea de quién había escuchado lo que dije ni cómo fue interpretado por Jeno y, especialmente, por Jaemin. Pero era un claro desastre.

¿Por qué me sentía tan mal si sabía lo que era desde el principio? ¿Cómo podía dolerme tanto si Jeno y yo no éramos nada? Y ¿qué iba a hacer ahora que me quemaba todo lo que no podía contarle a nadie?

Incluso sentirme una "tercera rueda" era ridículo porque ni siquiera figuraba en la imagen. Y todas esas caricias eran claramente pura lujuria; aunque, se suponía que yo ya sabía eso. Era el idiota más grande del mundo por pensar que podía seguir con esto que parecía sólo un juego para Jeno, iba perdiendo.

Me gustaba ese chico de ojos sonrientes y expresión de cachorro, no podía evitarlo. Sin embargo, ya no encontraba a ese chico, e incluso tampoco a mí mismo. Y de todas formas me sentía atraído inevitablemente hacia él.

Las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas sin permiso. Ojalá el conserje no necesitara el trapeador en ese momento, pues encontraría a un patético chico moqueando entre las escobas y el cloro. Y justo así me sentía, como una escoba: usado y arrumbado en un rincón oscuro cuando no era requerido (si esto tiene sentido).

¿Por qué estaba siquiera llorando?

¿Por qué estaba tan confundido?

La puerta se entre abrió con un chirrido y me apresuré a embarrarme las pequeñas gotitas de agua salada en la cara en un desesperado intento por desaparecerlas. Un rostro preocupado se asomó dentro del cuarto con olor a humedad, un rostro conocido que me hacía sentir peor y aliviado a la vez, ya que era el único que conocía mi culpa, si es que lo recordaba.