En Seúl para cumplir su sueño: Ser cantante.
La oportunidad de su vida: Los productores Jeno y Jaemin de la empresa estrella emergente del entretenimiento necesitan un solista.
El problema: J & J Entertainment parece más un total caos que la empresa...
-Bésame -mi sonrisa se empañó levemente tras las palabras de Jaemin, que esperaba con mirada traviesa a que cumpliera el reto. Él mordió un poco su labio inferior, incitante; pero mi mirada fue más allá esta vez, divisando al chico de cabello oscuro castaño que caía a mechones sobre sus ojos, mientras éstos trataban de ocultar un sentimiento.
-Vamos, Nana. Está Renjun aquí, sería grosero -dije eso sin pensarlo dos veces, conociendo a Nana, no iba a ceder y en realidad, llevarle la contraria lo fastidiaría.
-Si no me vas a besar por ser tu novio, entonces hazlo porque es un reto, no seas aguafiestas -mi novio se recargó sobre la mesa, expectante ¿Pero qué diablos? ¿por qué parecía que besar a mi novio era una obligación ahora? De una vez lo atraje hacia mí.
¿Alguna vez han sentido que un sólo beso puede ser el punto decisivo de su vida? Yo tampoco, hasta ese momento.
Probaba el sabor habitual de los labios de Jaemin, aunque de habitual no tenía nada; parecía siempre esconder algo nuevo cada vez que nuestros labios se tocaban lo que lo mantenía nuevo siempre, en cierta forma. Imaginen una bebida de frutos rojos donde la dulzura y acidez lo vuelven una mezcla salvaje pero familiar que puedes disfrutar sin cansarte ¿Aunque, acaso eso tiene sentido? Para mí lo había tenido siempre, y jamás quise buscar algo distinto. Como les dije: Lo amo demasiado.
Y de todas formas esa vez, los frutos rojos parecían carecer de su intensidad, o así lo percibía. El camino que trazábamos juntos desapareció de mi vista y tuve que abrir los ojos para asegurarme que era la misma persona a quien besaba. Enorme error, pues sólo pude encontrarme de nuevo con esa mirada que a gritos quería decirme algo que no lograba comprender, pero hallé su mirada en la mía, y eran como dos gotas idénticas de agua.
El beso terminó dejando la esencia de frutos rojos y alcohol de Nana en mi boca, relamí ligeramente mis labios ¿era todo real o un sueño? Me sentía tan confundido y vacío ahora que los labios del pelirrosa se habían alejado tanto, y por otro lado, no podía dejar de reproducir la mirada del castaño en mi mente.
Después alguien volvió a girar la botella y creo que Nana había elegido reto, de pronto no me daba cuenta de nada.
Sacudí mi cabeza forzándome a regresar a la realidad ¿era efecto del alcohol? No pensaba que hubiera tomado tanto. Para cuando regresé Jaemin estaba bebiendo de un tazón hasta el fondo así que empecé a animarlo con ganas y Renjun también lo hacía; el tazón se vació casi todo pero al dejarlo caer con euforia sobre la mesa el resto salpicó por todas partes. Nana era un alma viva, necesitaba constantes estímulos para que sus emociones a flor de piel se sintieran reales, no es tan fácil, lo sé. Vivir con él tanto tiempo me ha hecho amar eso también.
-¡Ah, mierda!- hasta que escuché la estridente expresión me di cuenta que también una lata de cerveza se había derramado sobre toda la vestimenta de Jaemin y no pude evitar reírme, eran esas cosas las que hacían tan fácil no dejar una relación como la que tenía con él, la turbulencia se veía siempre opacada por momentos así: llenos de sol y espontaneidad -Dios mío, dejó toda la mesa empapada- dije para aplacar las risas que pronto harían que la gente en sitios contiguos se quejara del escándalo, una vez que mi escandaloso novio se había ido a tratar de limpiarse, la mesa era un desastre entero. Jaemin parecía amar el caos y yo, en cambio, era un ser tranquilo y de orden.
Hubo un silencio intermedio, como marcando una tregua después de tanto alboroto, muy pocas veces había momentos así con Nana y de hecho no podría haber recordado ninguno en ese momento. Me hice a la idea de que gastar el tiempo en silencio con una pareja era tonto y anticuado, que el verdadero amor debía quitarte el aliento y subir tu ritmo cardíaco ¿por qué cada instante con Renjun se sentía como si así debiese ser? Fabricado para que el silencio signifique algo más que sólo ausencia de ruido; es más, ni siquiera se sentía como eso sino que podía escuchar cada uno de los sonidos que antes no podía, en el silencio. En la paz.
De pronto vi las pequeñas gotitas que ahora manchaban la camisa de Renjun, creo que no se había dado cuenta, también había una en su mejilla. Sin pensarlo dije algo y me dispuse a quitarla con la servilleta que tenía en la mano sintiendo la necesidad de hacerlo con delicadeza, el no se movió en absoluto, como si se hubiese congelado. Parecía desconcertado ¿por qué de repente me sentí atraído hacia su actitud tímida? no había ningún sentido.
-¿Ya? -hubo una pequeña chispa en sus ojos, y ya la había visto antes, cuando cantaba.
-Sí, creo que ya... -tal vez debí apartarme entonces, sabía que estaba retando las circunstancias, pero para mí ya era imposible alejarme de esa fuerza magnética que me jalaba hacia Renjun como un imán. Incluso no me di cuenta cuando volvía a buscar su rostro con mi mano sin querer romper el contacto con su suave mejilla y sin que ninguno de los dos lo evitara realmente.
En un segundo se apagaron todas las alarmas de mi cerebro, las que evitaban que cometiera una estupidez; o bueno, las apagué, no voy a mentir diciendo que no hubiera podido detenerme, pero no quería detenerme. Sólo pensaba en los labios que se sentían cada vez más cerca de los míos.
Tuve que romper el beso cuando el pánico terminó superándome, y es que acababa de hacer lo único de lo que no me creía capaz de hacer. Durante el tiempo que duró el beso (que pudieron ser cinco segundos o cinco minutos, no tenía idea) me sentí fuera de mi cuerpo. Era como si viviera en el cuerpo de otra persona, hechizado por quien estaba frente a mí que parecía tan aterrado como yo.
El silencio ahora sí que era incómodo, cargado de tensión. Habría deseado que Jaemin llegara en ese instante a romperlo.
Seguíamos muy cerca el uno del otro, al parecer cedimos al beso, pero al menos yo no podía romper la fuerza que me mantenía dentro de su espacio personal. Mi cabeza negaba de forma repetida como diciendo 'no es verdad que hiciste eso' y de pronto incluso el fugaz recuerdo del beso se sentía ajeno. Antes de que Renjun pudiera evitarlo volví a tomarlo ahora de la delgada cintura sumiéndonos en un beso más profundo que el anterior, pero en cuestión de segundos sus manos me empujaron lejos.
-Ya me tengo que ir, agradece la cena a Nana por mí -es todo lo que dijo el chico de cabello castaño de forma apresurada, recogió su suéter y mochila y se fue a toda prisa. Ni siquiera me había mirado a los ojos, que ahora delataban más confusión que antes. Y aunque ambos hubiéramos estado deseando ese beso, los dos sabíamos que era lo peor que pudimos hacer.
'Espera, eso no es cierto...'
Helloo! Esta vez creo que me tardé un poquito más en actualizar pero la inspiración se me andaba escapando, hasta hoy pude terminar este capítulo.
Pero, buenno. No tengo más que decir, sólo que si les gusta lo que leen déjenme saber en comentarios, sería genial.
Besos y una fotito <3
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