14. Hasta que el cuerpo aguante

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La muerte no es la mayor pérdida en la vida. La mayor pérdida es lo que muere dentro de nosotros mientras vivimos.

- Norman Cousins

***

CASSANDRA

— ¡Wen! — Grito con todas mis fuerzas para que mi tía no cierre el portal y podamos usarlo como vía de escape; pero apenas cruzar mis padres, el vórtice de incorporeos cae en una masa uniforme sobre nuestras cabezas.

El sonido de los berridos de los sin cuerpo se ralentiza, y cómo cuándo el fin precede; el tiempo se detiene como si fuera a cámara lenta.

Pum pum. Pum pum. Mis latidos se dilatan buscando desesperados la mirada de Sean. Alcanzando su brillo verde, lo encuentro esperándome con el rostro descompuesto ante el inminente ocaso. —"Es el fin..." — murmuro en su cabeza.

Los recuerdos de sus vivencias afloran en mi mente. Dirigidos por la tóxica marabunta, sonrío al llegar al primer día que nos vimos en el comedor del antiguo instituto. Cuanto tiempo perdimos por nuestro maldito orgullo. Las negativas de nuestros actos revolotean martirizándonos por lo que habríamos podido llegar a ser.

De haber sabido que acabaríamos así, hubiera mandado al garete la abstinencia del maleficio en esa tienda de campaña.

Trago saliva mojando mis labios y con veloz pestañeo, comparto mis vivencias abordando a Sean a modo de despedida. Lo que daría por volver atrás y terminar lo que empezamos en la tienda.

Los recuerdos siguen, y me sacudo angustiada al volver a escuchar sus últimas palabras.

"¡NO! ¡No te rindas ahora! " — Sus lágrimas replican en mis ojos. — "Lucha por nosotros, Kaycee. ¡Lucha por nuestra futura familia!" — Nuestra futura familia. Agarro mi estómago inconsciente sintiendo el calor abrasador de la marca de Tate. Veo a Sean hacer lo mismo de manera inconsciente; y eso, nos hace reaccionar.

"Lucha." Cómo si un tercero nos hubiera sacudido, asentimos al unísono y nos volvemos a toda prisa para atender a su no tan descabellado plan ahora que las prioridades han cambiado."¡Charly!" — El grito imperioso del lobo de mi angular hace eco entre nosotros.

Es la señal.

Rezo al astro para que esta locura funcione, y dejando nuestras vidas en sus manos, hecho a correr hacia Sam y Ryo para protegerles en caso de que fracasemos en el intento. Invoco mi maldición lobuna a la vez que Sean.

El hada tarda unos segundos en leer nuestras intenciones. — "¡AHORA!"— Ordena el gigantesco lobo negro que enciende mis entrañas. Asiente comprendiendo al vernos cambiar de forma.

Acatando el mandato de su Alpha, Char, echa a correr hasta Madison y Tamara para ensanchar el perímetro seguida del lobo de Gabriel. Reticente e igual de devastada que nosotros, nos dedica una última mirada de compasión y levanta su mano dando un chasquido al aire.

Suelto bocanada de aire expulsando muy lentamente la neblina insonora. —"Vamos, funciona..." — súplica mi pareja en su cabeza.

Los colmillos de los entes sin alma están a escasos centímetros de alcanzarnos cuando siento mi pata arder. Una estruendosa sacudida atiza el suelo firme. Tierra, nieve y barro encharcado por la incesante lluvia empiezan a vibrar bajo las enormes pezuñas de mi vínculo. Observo a tiempo el sonreír de mi pareja al esfumarse la protección élfica.

Ahora.

"RYO" Advierto para que su Beta embobado cambie de forma. Reaccionando, se transforma amparando el cuerpo de su novia entre sus patas. Copiando mi orden, veo a Tahani hacer lo mismo que él, escudando su retaguardia.

EL SELLO +18 - Carlota XopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora