30. Família

8.6K 662 152
                                    


***

ODALIA

– ¡Vamos! – Eydan pinchándome reiteradamente con los dedos el abdomen. Intento zafarme de él pero me tiene acorralada de espaldas al suelo. – ¡No es tan difícil! – gruñe torturándome entre carcajada y carcajada. – Sé que estás aprendiendo a leer... ¡Sólo dí mi nombre! – niego al aire sintiendo como el calor sube hasta mis mejillas por la falta de aire.

La verdad es que su fuerza y corpulencia están aumentando a un ritmo frenético. En lo que llevo conviviendo con ellos, el metabolismo y complexión de los más pequeño se han acelerado de forma para acelerar su crecimiento. Había escuchado a la madre de Eydan hablar con Charlie de ello; coinciden en ser yo la causa.

Carraspeo cansada y Eydan se quita de encima para tumbarse a mi lado. Entrecortados, quedamos los dos mirando al techo sin decir palabra.

Me hubiera gustado poder desmentirlo, justificarme en que llevo atorada en los 5 años desde que los elementales sellaron mi maleficio: pero contrariando mis intentos por exculparme, mi forma luto estaba creciendo descontrolada junto a ellos. Es extraño pues tras tantos siglos atorada en la edad de 5 aún no puedo decir palabra.

— ¿Qué piensas? — susurra mi mejor amigo volviéndose de lado. Tuerzo el gesto para verle y justo e aprovecha para volver al ataque.

– Mmmmph. – gimo sonrosada rogándole que se detenga.

Sentándose sobre sus rodillas acaba soltándome haciéndome pucheros por no ceder a sus plegarias. Soltando una última risota mientras me limpio las lágrimas del ataque de risa, me incorporo sentándome frente a él con una sonrisa tímida.

– A mi no me engañas... – sisea quedándose a un palmo de mi rostro. – Sé que sabes hablar. En tres semanas aquí te he visto leer más libros que Agave y él es un aficionado a la lectura...

Me parto un poco avergonzada por su cercanía. Separándose un poco al sentir mi incomodidad, Eydan se levanta acomodando su ropa de cama y me tiende la mano para ayudarme a salir con su inigualable sonrisa.

– No importa, Lia. – murmura siendo yo incapaz de moverme las pesadillas están siendo más recurrentes de lo normal. La brisa cálida del reino de la hadas revolotea su cabello castaño pinzando mi estómago. – Si no quieres hablar, no me importa. – desvío la mirada cabizbaja mordiéndome el labio. – Estoy seguro de que tienes tus motivos. – sonríe haciendo que mi corazón de un vuelco. – Sólo me hacía ilusión saber como pronunciarías mi nombre...

Escucho si pulso latiendo marcado por el brillo de sus ojos verdes y magentas. Sin duda encontrarme con él, fue el rayo de esperanza al turbio y angosto pasado. Tengo tanto que decir y agradecerle, me llevo la mano a la garganta tratando de deshacer mi nudo que atora mi respiración.

Hace muy poco que somos amigos, pero sin duda es como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo.

— A todos esto... ¿Dónde está tía Cassie? — levanto la mirada viendo como examina el cuarto de lado a lado. Cuando por fin se detiene hasta mi para levantarse de hombros, hazlo la cabeza buscando el aroma de mi madre adoptiva: con apenas dos olisqueadas ya la detectó.

"La biblioteca" sonrío al aire queriendo informar de mi hallazgo a mi amigo. Pegando un salto, corro hasta la única ventana del cuarto para ver salir a una Cassie del mi lugar favorito de la aldea.

Alterando la corriente de aire del ambiente, Eydan se une a mi inspección cubriendo mi retaguardia. Parece hacerse convertido en algo instintivo desde que estoy con ellos.

Ocultó mi media sonrisa al recordar la primera vez que nos vimos. Entonces apenas recordaba lo que estaba sucediendo. Me encontró tiritando, perdida y confusa en uno de los recónditos bosques de Hestia. Cuando consiguió calmarme y hacerme entrar en razón creí que se trataba de uno incorpóreos de Tate y le propiné una bofetada. Salí de allí corriendo pero eso no le hizo retroceder.

Me llevó comida y ahí agua cada día religiosamente, hasta que por fin me digne a acercarme a él: desde entonces nos hemos vuelto inseparables.

Me percato de que algo no va bien cuando su mano se entrelaza sudorosa con la mía.

— Lía... — murmura haciendo que vuelva a dirigir mi atención sobre mi madre.

CASSANDRA

— ¿Qué significa qué no somos los únicos lobos? — chillo histérica mientras mi caja torácica sube y baja consumida por la vergüenza.

Papá abre la boca con la intención de aliviarme, pero su atención se cierne en mi retaguardia haciendo que se detenga. Cuando me vuelvo, me encuentro a Lia y Eydan observándome preocupados.

— Tal vez... — susurra mi madre tomando su mano en mi espalda,— deberías verlo por ti misma...

Me pierdo en los ojos negros y rojos de mi pequeña salvadora.

— Está bien. — murmuro saludando con una sonrisa forzada a los niños para volver a mis padres. — Lo haremos está misma noche. Avisa a los demás, papá... Es hora de volver a Incar.

***
Votad y comentar mis vínculos 🐺❤️

Tengo una noticia importante que daros.
Haré adelanto por Instagram en rato🙏

EL SELLO +18 - Carlota XopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora