Epílogo 2: Un punto en la boca

38 8 1
                                    

Epílogo 2: Un punto en la boca

He vuelto. Con el rabo entre las piernas y la cabeza gacha.

No quiero retirar nada de lo que dije, porque en ese momento lo pensaba: tu anterior libro no me gustó, lo sabes. Pero tampoco quiero reiterar nada, porque con este último libro me has dado un punto en la boca. No me has dado solo un punto, me has dado todos los puntos finales de cada capítulo.

Me compré este libro porque mi historia está aquí. No lo digo de manera retórica, aunque bien podría, porque, aun sin haberlo vivido, he podido sentirme en la piel de cada una de las personas que se sentaron a tu lado y abrieron su corazón a una extraña. Yo fui uno de esos, sin saber que eras tú, Julie, la que me escribiría, habiéndome quejado yo de tu letra meses antes.

Gracias, Julie. Por escucharme, escucharnos, por haber tenido la capacidad de poner todas nuestras palabras y sentimientos en papel de una forma tan bonita. Por saber escuchar como lo haces y saber escribir como sabes, que mis últimas palabras no te hagan creer lo contrario.

No tengo queja, no tengo nada que apuntar, no tengo más palabras que no sean: gracias, y perdón. Gracias por un poco de luz, por tanto amor, por tanta esperanza y tanta diversidad en estas páginas. Ha sido un placer leerte, leer a todos de los que hablas aquí. Perdón por haber sido tan duro y desmotivador. No te lo mereces, ni tú ni tu prosa, porque ambas valéis el tiempo.

Me has mimado el alma, me has hecho reír a carcajadas, y me has hecho llorar a mares. Por eso, gracias, no es fácil encontrar a alguien que te mueva por dentro, y tú lo has hecho.

Feliz navidad, con mucho amor y verdad.

Atentamente: un lector más.

Historias de amor en navidad | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora