Historias de amor en navidad | ✔

25: Nora y Jared

25: Nora y Jared

Llevo toda la noche pensando en Jade y John... Ojalá se haya quedado con ella durante el parto, y ojalá se hayan dado los números, y ojalá vuelvan a verse y surja el amor... Yo también es que soy demasiado peliculera, soy una escritora romántica sin remedio alguno, no podía no ser peliculera.

Un chico y una chica, de más o menos mi edad, se sientan en la mesa de al lado: los veo comer, beber, reír, hablar, tocarse las manos, besárselas, besarse ocasionalmente en los labios... No seré yo quien les niegue el placer de contarme cómo llegaron a estar tan cerca en todos los sentidos, por eso me pongo de pie y me siento en su mesa sin pedir permiso.

—Hola, soy Julie, estoy escribiendo un libro sobre las historias que me cuenta la gente, ¿me contaríais la vuestra?

—Hola.

—Norita, ¿qué tal estás?

—Bien, ¿tú?

—Bien... Oye, ¿haces algo hoy?

—Pues... tenía pensado estudiar —escuchó su bufido al otro lado del teléfono y una sonrisa se extendió en sus labios.

—Aburrido, Norita. ¿Por qué no vienes a casa y vemos una peli? Mis padres van a llevar a Tracy a la competición que tiene esta tarde y van a quedarse por allí el finde, puedes quedarte a dormir.

—¿Así que tienes la casa sola? —cerró los ojos con fuerza al darse cuenta de su tono.

¿Por qué parecía que se estaba insinuando? Por lo menos él parecía no darse cuenta, solo reía ligeramente, pero sí que se había dado cuenta.

—Sí. ¿Qué dices, te apuntas?

—Sí, vale, preparo las cosas y estoy allí en un rato.

—Perfecto. Te veo ahora, te quiero —aguantó la respiración.

Ambos lo hicieron.

—Hasta luego, te quiero.

—¿Te gusta Jared? —se sobresaltó con la pregunta de su madre.

La pregunta que más le habían hecho a lo largo de su vida era, sin duda, esa. Y cada vez respondía una cosa distinta: «¿A quién no le gusta Jared?» «No, es mi mejor amigo» «Quizás un poco pero solo somos amigos» «Sí, bueno, es Jared»... Y así sucesivamente, creando una batería de respuestas que no dejarían ileso a nadie. Nunca había tenido dudas reales sobre su relación con Jared. Es decir, eran mejores amigos desde siempre, estaban siempre juntos y lo sabían todo del otro, pero nunca se había planteado realmente si podría caber la posibilidad de una relación más allá de la amistad entre ellos.

Hasta ese momento.

¿Te gusta Jared? Eso, Nora, ¿te gusta Jared?

—No, mamá, ¿puedes dejarlo ya?

—No hasta que lo admitas.

—Pero, ¿qué tengo que admitir? Ya te he dicho que no me gusta, ¿qué más quieres?

—Quiero que digas que sí.

—Pero es que la respuesta es no.

—Cindy, déjala —Sabrina apareció con una taza de té humeante en la mano y se apoyó en el marco de la puerta, mirando con advertencia a su mujer y sonriéndole a Nora con dulzura.

—Deberías hacerle caso a tu mujer y dejar a tu hija sola.

—Bueno, vale, como digáis. Pero solo voy a decir una cosa: a mí no me engañas, Nora, te engañas a ti misma.