69

1.1K 120 7
                                    

El chico de cabellera rubia no podía darse crédito de lo que escuchaba, su rostro mostraba una mueca que variaba entre confusión y dolor, se negaba a siquiera creer en las palabras de ese ser celestial, Alastor le había demostrado que lo protegería, él realmente creía que lo amaba, que lo apreciaba, esto... no era, no podía ser real, no era posible que fuera real.

AD: No me manipules maldita perra estúpida, ¡Alastor no me haría eso! – se acercó lentamente al ángel que le miraba de forma relajada y con una sonrisa media llena de satisfacción

MI: Lo siento pero como hijo del señor creador me está prohibido mentir, además, los registros que tenemos sobre ustedes son muy precisos

AD: ¿Qué mierda?, creí que no les importaban los pecadores

MI: Oh no lo hacen, pero ustedes, son un encargo especial – miró el muro de la izquierda percatándose de la hora, era casi medio día – debería vestirse joven Anthony, sus amigos le aguardarán en el edén

Dicho esto el ser de divina presencia salió de la habitación dando un par de pasos hacia atrás dejando al chico completamente solo, sin embargo, un par de exterminadores se acercaron a la puerta custodiándola, la próxima parada fue la habitación que resguardaba a los últimos dos huéspedes, Niffty y Baxter, la primera seguía plácidamente dormida, el segundo, trataba de encontrar una salida que no tuviera que ver con morir exterminado o enfrentarse a los seres celestiales que rondaban el lugar, algo en él le parecía familiar y es que parecía una copia del Hazbin, la única diferencia, todo era blanco.

MI: Muy buenos días señor Víctor, espero que haya tenido una excelente velada, sé que se está preguntando por la princesa y no tema, ella está donde debe estar

BX: No me llames Víctor, no he usado ese nombre desde 1910

MI: Eso lo sé, ¿sales a comer con atunes muy seguido? – una sonrisa burlesca apareció en su rostro, aplaudió un par de veces y un par de exterminadores se acercaron a la chica para despertarla

BX: Eso no fue un asunto que decidiera por mí mismo – se giró a ver a la chica con algo de preocupación, el cambio en ella era peligroso – esto es lo que me temía cuando llegué al hotel

MI: Sé perfectamente en qué se basan tus investigaciones Víctor, y debo admitir que me impresiona lo lejos que has llegado, pero no te puedo permitir continuar, solo deja que el destino siga su curso

BX: No lo haré, la princesa tiene un gran futuro, y no por una estúpida oración dicha por un egocéntrico se irá al caño – el ángel le miró enfadado, se acercó lentamente con las manos en la espalda mientras miraba a la chica despertar de su dulce sueño

MI: No te atrevas a llamar a mi padre egoísta, ella se lo merecía, Lilith, la madre de todos los demonios, la mujer que se volvió inmortal llevándose a mi hermano

N: Amm... ¿dónde estoy? Y ¿ese es Lucifer? – la chica se sentó sobre la cama con un dolor insoportable en las articulaciones, en sus brazos y piernas aún habían marcas de su dolorosa e imperdonable muerte, se talló los ojos con pereza mientras miraba al ángel frente a ella peleando con el chico

MI: No soy Luzbel, soy Miguel – se estaba exasperando, a pesar de ser el más fiel a Dios, a pesar de ser mejor que Luzbel por muchas razones, ese pequeño zángano siempre fue el favorito de su padre, aun cuando lo traicionó, aún después del exilio, después de todo, jamás podría alcanzar a iluminar al enorme sombra que su hermano había dejado tras de sí

N: ¿Miguel?, el señor del exterminio – mencionó en un susurro apenas audible, antes de largar un pequeño alarido de dolor causado por el constante yugo que sus articulaciones sufrían

MI: Tranquila querida, en cuanto la ceremonia finalice ustedes podrán volver a casa y morir eventualmente con los exterminios que sacudirán el infierno en los próximos días, tu dolor parará en un par de días a lo sumo

BX: ¿Exterminios?, ¿ceremonia? Eso no tiene sentido, nuestro señor Lucifer no permitiría que el pueblo fuera masacrado más veces de las convenidas

MI: ¿Pero qué hará exactamente? No puedes detener tus convicciones – el arcángel tomó del mentón al pequeño Víctor y acercó su rostro al suyo cegándolo por unos instantes, la luz que emanaba aquel ser celestial podría apenas ser comparada con la luz que emanaba todo el sitio en su espesa blancura; finalmente, de forma apenas susurrante y cercana al oído del científico mencionó – sé el rumbo de tus investigaciones, tengo total dominio de la información que has estado almacenando para evitar el fin de los tiempos, pero te diré una cosa, nos has traído la pieza que acabará con la aberración del universo, seremos los únicos dioses a los que pedirán piedad y tú, tú serás quien nos abrirá la puerta a lo mundano para traer con nosotros lo celestial

Se alejó del ahora humano, y con una sonrisa en su rostro, hizo una seña para que los exterminadores que resguardaban a la pequeña Niffty aprisionaran al científico y lo llevaran tras de él al salir de la habitación; la chica en cama trató de levantarse infinidad de veces sin poder conseguirlo debido al dolor, siempre se ha dicho que al cielo llegas en tu mejor momento, ¿pero qué sucedería si tu mejor momento fue tu muerte?, bueno, la pequeña chica de cabellera castaña era ahora la respuesta a esa interrogante, el dolor de la misma se seguía manifestando, junto al placer de ya no estar sujeta a las atrocidades mundanas.

Sin mucho éxito, Víctor trataba de deshacerse del agarre de los seres celestiales que le llevaban al centro de su pequeña ciudad, la utopía en la que vivían podía parecer enorme pero entre más cerca estabas de todo lo que allí circundaba, más notoria era la miseria y la pequeña extensión que éste tenía sobre todo y comparado con el infierno, era apenas una porción. Casi todo en el lugar estaba habitado por ángeles, apenas y pudo divisar a un par de almas puras que por sus acciones en vida fueron a parar allí arriba, pero nada más, nunca pudo observar a los famosos querubines, mucho menos podía visualizar los campos con flores y el olor a perfume; en su lugar, enormes edificaciones blancas se alzaban hasta donde la vista daba alcance, luces y más luces que guiaban a un lugar remoto al otro lado de la ciudad, las únicas flores que miró estaban al pie de un altar en el nombre del creador, y las únicas risas que observó, fueron aquellas pintadas sobre los rostros robóticos de los exterminadores.

Finalmente, después de una caminata apenas larga, pudo divisar un pequeño almacén, como casi todo en el lugar, había símbolos religiosos rodeando la puerta de la entrada, cientos de crucifijos pegados a la pared, completamente alineados de forma que apenas y hubiera espacio entre uno y otro; al abrirse las puertas, varios arcángeles rodeaban una figura iluminada al centro del lugar, rezaban por lo bajo en el idioma más usado por los monjes, el latín, idioma que podía no solo eliminar a un pecador en la tierra, sino que, con la acentuación adecuada, podía desprender el juicio y oscuridad de un alma corrompida por el corazón de Lucifer, corazón existente solo en aquellos que han nacido en el infierno.

MI: No, no, no – al mirar al hombre pasear la mirada por todas partes, le apartó con la mano arrancándole las gafas del rostro – lo siento pero todo aquí es estrictamente secreto, ahora, hay un pequeño detalle en tus investigaciones que nos causa cierto descontento

BX: No pienso decirles nada, ustedes son una sarta de idiotas masoquistas y manipuladores, sea lo que sea que traten de hacer, no lo lograrán – el sonido de sus lentes siendo aplastados contra el suelo y quebrados al instante le hizo detenerse de su habladuría

MI: Creo que no estás entendiendo, si no lo haces, los rezos sagrados serán lo último que escucharás


No Control (Radiodust)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora