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LU: En ese caso, no me queda de otra que darles la reprimenda que merecen – apretó el cuello de la demonio aún más, la de coletas estaba por escuchar el frágil sonido de su cuello romperse, solo esperaba resignada su amargo final cuando escuchó el grito de la última demonio que esperaba salvara su pellejo

C: ¡NO! – la princesa se interpuso entre su padre y aquellos tres demonios que osaban hacerle frente, colocando su mano sobre la de él logrando que quitara el agarre a Velvet y esta cayera al suelo – no te permitiré que les mates, ellos simplemente cumplen órdenes, no es su culpa que no te satisfagan

LI: Charlie, hija no tienes por qué entrometerte en asuntos que no incumben a tu persona

C: Sí que me incumben, ¿verdad padre?

LU: Yo no le veo el caso a esta discusión – mencionó mientras envolvía en un aura oscura al trío V – siempre te lo he dicho mi pequeña, no aceptes mierda de otros demonios – cerró su puño y aquellas sombras que les recubrían comenzaban a asfixiarles hasta lograr que perdieran el conocimiento

C: ¡Y ES JUSTO POR ESO QUE ME IRÉ A HEAVEN! – el grito resonó por toda la sala haciendo que un escalofrío recorriera el cuerpo del regente del infierno, su madre únicamente se limitó a cubrir sus labios con la palma de sus manos esperando que todo fuese una simple broma; el rey dejó en paz a aquellos inútiles con los que lidiaba lanzándolos lejos logrando que se estrellasen con la pared y sangraran por la boca

LU: Oh... Heaven, vaya que estupidez

C: ¡NO LO ES!, rehabilitaré pecadores, ganaré mi lugar en el cielo y por fin seré feliz de estar en un lugar donde el amor tiene cabida

LU: ¿Amor? – largó una carcajada dejando de prestar atención a sus víctimas – ese sitio no es lo que los cuentos de hadas dicen, no cariño

C: Eso lo dices tú porque jamás fuiste amado, incluso ahora dudo de mi amor hacia ti, siempre creyéndome inútil, ¿pues sabes qué? Me iré de aquí, hallaré la forma de ir a Heaven aunque te duela

LU: ¿Eso quieres? – no esperó respuesta, se acercó a su hija mientras esta le miraba con cierto temor impregnado en lo más profundo de su inexistente alma – eso obtendrás – una manzana de rojo sangre se hizo presente en su mano, estaba semi-mordida, al parecer alguien alguna vez intentó morder aquel fruto, la extendió a su hija mientras Lilith se acercaba intersectando aquel alimento

LI: Lucifer no, sabes lo que esto le hará a tu pequeña... no lo hagas – intentó tomar aquella manzana pero esta se esfumó de sus manos para aparecer en aquel par de porcelana correspondiente a su única hija viva – por favor Charlie, no lo hagas

LU: Ella decide al final del día – se dio la media vuelta con aquella sonrisa inmutable en el rostro para escuchar el sonido de aquellos filosos dientes chocando contra la tierna carne de la manzana – y creo que ya lo ha hecho

El sitio se cubrió de una bruma oscura, la manzana desapareció de las manos de la rubia mientras su respiración se aceleraba, cayó al suelo de rodillas tratando de decir algo, una simple sílaba que saliera de su boca era suficiente pero nada, ni un solo sonido salió de aquellos labios que ahora quemaban, su garganta se rasgaba por dentro sangrando, sus manos dolían y sus uñas se deshacían cual ceniza; su madre lloraba y su padre miraba por el ventanal ocultando su dolor.

LI: ¡CHARLIE! – el grito desgarrador de una madre no se compara con nada, el sentimiento de pérdida es más grande que el de derrota, ahora mismo veía como aquel único fruto que ella había podido conservar a pesar de su maldición, se esfumaba como las estelas en el mar que alguna vez conoció

No Control (Radiodust)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora