83

727 77 1
                                    

LU: ¿Pero qué haces? – el ángel caído resistía a los ataques de su hermano, su igual, esperando que se tratase de una mala broma, que no estuviera haciendo lo que, desde su punto de vista hacía – Miguel entra en razón, debemos proteger la palabra de nuestro señor padre, no traicionarla – empuñando su espada se retiraba lentamente del área de ataque de su similar, solamente mirando la tristeza en aquellos ojos tan parecidos a los suyos

MI: Mira quién lo dice, el gran Lucifer, el causante de la gran rebelión y creador del pecado – finalmente bajó la lanza en su mano para hablar con el ángel frente suyo, que miraba todo a su alrededor caerse lentamente, el castillo, en el que había despertado momentos antes, ahora estaba siendo atacado por todos los flancos posibles, mientras la mujer de rubia cabellera hacía todo lo que estaba a su alcance para proteger aquel sitio – ¿no te ha vuelto la memoria?, supongo que eso es bueno si queremos ser justos, pero, en lo que a mí respecta, quiero que sepas el motivo por el que he de colocar esta lanza en tu pecho

LU: ¡ES QUE NO LO ENTIENDO! – se dejó caer al suelo de rodillas, elevando sus plegarias al cielo, donde chocaban infrahumanamente y eran devueltas a sus propios pensamientos con la leyenda "exhilio" en ellas, tratando de hablar directamente con su creador, pidiendo la gracia de Dios desde tierras inhumanas, sin obtener respuesta de parte del ser al que más admiraba – ¿por qué es que... no recuerdo mi vida?

MI: No te hagas el tonto ahora Luzbell, sabes bien la desgracia en la que te convertiste, sabes perfectamente la clase de monstruo en la que te has convertido, aquello sigue dentro de ti, luchando por aparecer nuevamente, luchando por escapar y ponerle fin a nuestra existencia

LU: No puedo aceptar algo que no he vivido – finalmente agachó la mirada, desviando su atención de Heaven y colocándola en el suelo bajo sus rodillas, aquella rojiza arena que se deslizaba con ternura abrazándole – esta tierra sabe lo que soy, de alguna manera siento que es así, pero... igual temo que lo que sabe no sea lo que quiero descubrir

MI: Ahora entiendo por qué padre te prefiere a pesar de haber sido el único que se atrevió a cuestionarle, eres tan débil que quieres la verdad pero no las consecuencias que ello trae consigo, eres un cobarde, eso explica la naturaleza estúpida e insana de tu primogénita

Miguel nuevamente blandió su arma hacia su hermano, logrando que el contrario regresara aquellos ataques de forma despiadada, sintiendo las lágrimas caer por sus blancas mejillas que lentamente se tornaban carmesí, el dolor de saber que el hombre a quien admiraba ya no le brindaba su apoyo, su amor, que el ente al que le había entregado su inmortalidad en eterno servicio, ahora le daba la espalda de forma tan abrumadora como para mandar a sus similares a aniquilarle junto al paradero contrario de lo que Heaven fue alguna vez para él, su hogar, lugar que al parecer, ya nunca volvería a mirar, y si ganaba aquella batalla, habría perdido algo más que el amor que le tenía a los seres encima suyo.

C: Mi... Mi pueblo, chicos – la princesa miraba desde las alturas, mostrándose esplendorosa fuera de aquel portal que la había llevado a casa solo para presenciar la horrible masacre que se estaba viviendo, ¿qué estaba haciendo?, sólo deseaba llevar un poco de la dicha de Heaven hacia el inframundo y ahora, aquella dicha se iba al caño en medio de lanzas y sangre acumulada en charcos esparcidos por toda la ciudad – ¡NO!, esto no es lo que quería – batió sus alas una y otra vez tratando de atraer a sí la atención de alguno de esos seres despreciables, sin embargo, una nube de polvo rojiza le hizo mirar a un punto alejado en Ciudad Pentagrama, en el suelo, rodeado de ángeles exterminadores y Joel como principal dueño de aquella orquesta, yacía Angel aferrado al cuerpo sin vida de un demonio de hermosos cabellos rojos, de monóculo mal arreglado y traje deshilachado; loa chica se acercó lo más rápido que sus alas se lo permitieron, mirando el llanto en los ojos del muchacho a punto de ser ejecutado por la peor de las armas angelicales, la alabarda del Serafín del Orden

No Control (Radiodust)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora